miércoles, 16 de septiembre de 2009

DON PANCHO Y DOÑA LUPE

Mis venerables abuelos tienen 98 y 96 años respectivamente, hace dos años estuvieron unos meses en los Estados Unidos, toda una aventura para estos venerables viejecitos que no habían salido nunca más allá de 200 km de su comunidad enclavada en lo más profundo del México profundo.


Quedarán para el anecdotario dos hechos: que don Pancho a sus 96 años estaba trabajando "ilegalmente" en los Estados Unidos y que doña Lupe estuvo tan enferma que estuvo a punto de morir, pero la obsesión de volver a su tierra la levantó de la cama y está ahora felizmente aposentada en su humilde comunidad de México, ¡como si nada!.


Seguramente don Pancho no ha leído a Carlos Marx, el hombre que dijo que no se trata de contemplar al mundo, sino de transformarlo, pero este niño pastor, este adolescente leñador, este agricultor de toda la vida no sabe tener las manos quietas; y como tampoco sabe de leyes, se ha atrevido ha hacer "maquila en su casa y a su aire".


George Bush reformó MEDICARE en USA en octubre del 2003 y decia "Necesitamos que nuestros ancianos sigan trabajando", Obama ahora quiere reformas que excluyen a los indocumentados, Don Pancho sin haberse enterado, y sin ser de los ancianos pertenecientes a BUSH o a Obama, trabajó de manera ilegal. Pongo este dato aquí para contrarrestar la imagen tópica del mexicano alisando su sombrero debajo de su cactus viendo pasar el tiempo en forma de aire desértico. Paradójicamente el lema de la región a la que pertenecemos mi abuelo y yo (Zacatecas) reza así: LABOR VINCIT OMNIA (Virgilio), es decir el trabajo todo lo vence, lo cual contradice a la idea generalizada sobre la pereza de los Mexicanos.

El titular de La Vanguardia del día 13 de diciembre del año 2004, decía: "Las Urbes más seguras de los Estados Unidos hablan español", haciendo referencia al hecho de que tales ciudades tienen los índices de delincuencia menores, son las más dinámicas económicamente, son las que tienen menos pobres y por ende menor delincuencia.

En el caso de las ciudades Norteamericanas (Nueva York, San Francisco, Chicago, etc.) se ha de matizar además que los hispanos (los mexicanos son 25 millones), no tienen tiempo para la delincuencia, están obsesionados con mejorar su vida y sus condiciones, han cruzado la frontera y el éxito es un imperativo que se manifestará en fiestas y pequeños lujos en las vacaciones navideñas.

Doña Lupe, no sabe ni siquiera que existe: “La enfermedad como camino” pero ha demostrado con su vida, que la salud ES UN IDEAL, no es un absoluto, y se arrancó tubos y mangueras que la tenían atada a un hospital para deambular libremente con su bastón en el semidesierto mexicano, esperando la muerte –cuando toque- con la serenidad del que conoce su destino.

Los rostros surcados por arrugas y a la vez sonrientes derriban mi intelecto, me provocan fascinación. Las manos encallecidas y que aún acarician me devuelven la confianza en el mundo. No estoy seguro de que don Pancho vaya a labrar su tierra a los 100 años, pero estoy seguro que me acariciará, el oráculo familiar así está dispuesto: tres de mis bisabuelas han pasado los cien años.

Hoy miércoles 16 de septiembre abrazaré una vez más a mis abuelos.

2 comentarios:

Montse Mascaró dijo...

Me ha encantado conocer a tus abuelos, además, me recuerda el Mexico que conocí hace 13 años y al que añoro.
Un beso de mi parte a toda tu familia.

El Quixot dijo...

Muchas gracias por tus comentarios