miércoles, 19 de abril de 2017

ME LLAMARÁS CADA 20 DE ABRIL

Hace años que muchos mexicanos el día 20 de abril nos acordamos de una voz impresionante que se fue rompiendo poco a poco a golpes de alcohol, me refiero al grande entre los grandes José José.
“La nave del olvido” lo consagró, pero vinieron una interminable lista de éxitos: El triste, Lo pasado, pasado, Volcán, Almohada, Amar y querer, Lo que un día fue no será, Gavilán o paloma... incluso lo llegamos a llamar EL PRINCIPE DE LA CANCIÓN.
Todas las adicciones son una búsqueda, el problema de toda adicción es que impide conseguir el objeto prístino de la búsqueda y por el contrario, obstaculiza la vida digna y muchas veces nos acercan peligrosamente a la muerte.
No sabemos que buscaba José José a través de su embriaguez, pero sus canciones nos ayudaron a sobrevivir al amor y al desamor; su voz era la correcta para exhibir la filigrana de nuestros sentimientos; él podía a través de su canto, manifestar lo que nuestro corazón guardaba y fue una gran pena ser testigos de su declive.
Afortunadamente nos quedan sus canciones, como esta que hoy 20 de abril recordamos: ME VAS A ECHAR DE MENOS.

“Me vas a echar de menos
cuando veas la lluvia
y no esté junto a ti.
y buscarás mi mano
para apretarla fuerte
y vas a maldecir.

Me vas a echar de menos
cuando te sientas sola
en manos de otro amor
y sepas que aún
existo y que vivo mi vida
o a lo mejor ya no.

Y me estarás llamando, cada 20 de abril
y dirán que no hay nadie, que estoy lejos de aquí
y te pondrás muy triste, pensando en lo que hiciste
y no podrás fingir” etc.

AQUÍ EN spotify

https://open.spotify.com/track/3m5oB1Ew4adhlU69bi9MpJ 

AQUI EN youtube

https://www.youtube.com/watch?v=nCTC6mNHthU

jueves, 13 de abril de 2017

EL FACEBOOK Y LAS CARICIAS



Una persona mira su teléfono móvil unas 73 veces al día, estamos ávidos de "estímulos", de caricias. Un ser humano que no es acariciado se muere (en general, muerte afectiva), y esta premisa nos puede clarificar la actividad o inactividad de una persona en las redes sociales.

El ser humano tiene hambre de contacto físico, pasa nueve meses pegado a un cuerpo humano, y esa experiencia básica determinará el resto de nuestra existencia, necesitamos el contacto físico, necesitamos caricias, si no las podemos conseguir entonces empezará otro tipo de relaciones sociales.

Un simple saludo puede ser vivido como una caricia, aunque persiste el anhelo original de contacto físico. Muchos intercambios absurdos y prolongados (por ejemplo una discusión por una factura equivocada donde hay 4 euros en cuestión) nos revelan la soledad de las personas. Los folloneros, generalmente son personas muy solas, con intercambios absurdos reciben un poco de las caricias que buscan.

UNA CARICIA ES CUALQUIER ACTO DE RECONOCIMIENTO DE LA PRESENCIA DEL OTRO. Un intercambio de caricias es una transacción, y es esta la unidad de las relaciones sociales, de allí el gran éxito de las redes sociales, intentan cubrir un anhelo muy profundo: deseamos ser acariciados.

Soy de los que piensa que internet es una herramienta que nos ha facilitado mucho la convivencia, nos ha estimulado la creatividad y hasta nos ha permitido ser más conscientes de la belleza, pero al mismo tiempo, pienso que cualquier actividad virtual que no tenga una consecuencia en la vida real, deja de tener importancia.

También existe una “sobredosis” de caricias, por mucho que te acaricien, no serás más feliz. Ocurre como con el dinero, el dinero compra la felicidad de alguna manera; a mayor bienestar material, mayor bienestar psicológico, pero hay un límite. Está demostrado (en los Estados Unidos, por ejemplo) que tener unos ingresos por debajo de 50 mil dólares al año, es un obstáculo para la felicidad, pero MAS BIENESTAR MATERIAL no implica mayor felicidad, si tienes tres millones, no eres más feliz que si tienes dos.

A un famoso de instagram le pueden dar miles “me gusta”, miles de caricias virtuales, pero solo le alegrarán aquellas que tienen una consecuencia en la vida real.Nos acariciamos en las redes con los “me gusta”, pero ninguna de esas caricias puede suplir a las que recibimos en el mundo real.
 
Facebook, Instagram, twitter, etc. se han ido convirtiendo en un bosque de árboles solitarios, hiperconectados al internet y desconectados en lo social. Los árboles se comunican entre sí, mediante las raíces comparten información química que les sirve por ejemplo para protegerse de los predadores, elaboran sustancias volátiles para “informar” a otros árboles. Sin embargo, ese vínculo profundo en las raíces de los árboles, no se da en los árboles de los bosques artificiales.

Peter Wohlleben, en su libro “La vida secreta de los árboles” hace prosopopeya, y dice que incluso se comparten minerales cuando algunos están enfermos, regulan la fotosíntesis en “sociedad”, etc. Haciendo un paralelismo con las redes sociales, es conmovedor, como Facebook, Instagram, twitter, se han ido convirtiendo en un bosque de árboles solitarios, artificiales y muchas veces superficiales. 


No hay equivalencias entre tener poca vida en las redes y plenitud afectiva en la realidad, habrá quien tiene buen intercambio virtual y buen intercambio real, y habrá quien no es acariciado ni en un ámbito ni en el otro.

Mención especial merece ese imperativo de las redes sociales donde todos debemos estar guapos, felices, exitosos y encantados de habernos conocido, imperativo muy bien amortizado por quien está acostumbrado a recibir caricias desde niño por su belleza física, si no ha trabajado su huella de abandono, si no está bien nutrido afectivamente, le veremos colgando su bella cara y su bello cuerpo miles de veces en un intento desesperado de que miles de "ME GUSTA" le permitan llenar el hueco afectivo que solo se compensa con una vida llena de sentido. 

El límite del placer es un placer superior, suelo decir que LA VIDA NOS DA JUVENTUD Y POCA COSA MÁS, en este post lo puedo matizar diciendo que las redes sociales exigen juventud y belleza, y sin duda muchos de los placeres más apasionantes requieren juventud, ¿Estamos preparados para cuando ya no haya juventud y belleza?.

Es momento de buscar otros placeres, volver a conectar con nuestras raíces, encontrarnos con los amigos, a ser posible, con el teléfono desconectado.

Sigamos acariciándonos.