miércoles, 18 de noviembre de 2020

OPINIONES DE UN PAYASO

 


Heinrich Böll decía: "Soy un payaso y colecciono momentos", murió en el año 1985, no llegó a ver que nuestra vida se ha 
convertido en una caricatura del instante, una serie de fotografías y frases que se postean y mueren en la hora siguiente.
Han muerto la narración, el personaje y la historia. 
Estamos perdiendo la soberanía del relato personal y de la narrativa grupal; familia, barrio, país, etc. Estamos abducidos por narrativas comerciales y universales; fascinantes y efímeras, que no nos dan estructura como persona, por el contrario, poco a poco vamos cediendo el trono del relato personal, del sentido de nuestra historia a unos narradores que nos entretienen muy bien: HBO, Netflix, Amazon, etc. Esta homogeneización que nos permite a todos ser parte de "Juego de tronos" paradójicamente nos va alejando poco a poco de la fuerza que tiene la pertenencia a los los clanes o sistemas que nos son propios.
Por suerte, las fiestas de pueblo, las tradiciones culturales, la lengua, los múltiples aspectos de espiritualidad, el canto, el baile, etc. son expresiones humanas con mucha resistencia, estamos en un momento que justamente esas prácticas carecen de espacio, lo voleremos a tener.
Disfrutemos las redes sociales, las series, el entretenimiento digital, pero no abdiquemos de construir nuestro relato, la narración que hacemos de nuestra vida nos hace un poco más auténticos.

viernes, 13 de noviembre de 2020

LA ALEGRÍA DE LA DISCIPLINA

Una gran parte de mi ejercicio médico y terapéutico es con jóvenes y adolescentes, con ellos casi siempre acabamos hablando de una palabra fundamental en la vida: la disciplina, una palabra a la que muchas personas le tienen aversión porque la asocian, con el control.

La palabra disciplina viene de "discípulo" La raíz DEK aceptar, recibir, tomar (doctrina, digno, docente, dogma, colédoco, diestro documento, dócil, etc), la raíz CIP capturar, agarrar (participar, incipiente, príncipe, emancipar), el sufijo L / ULUS que es un diminutivo. Un discípulo es alguien pequeño que recibe algo.

Etimológicamente, la palabra disciplina es la actitud de un discípulo que aprende, con el tiempo, la disciplina la asociamos más al control, el que ejerce un padre, un maestro o un tutor sobre un hijo, alumno, etc. Y posteriormente el control que uno mismo se impone. Es poco atractivo tener disciplina asociada a la palabra control.

Me gusta más la palabra "ascesis" del griego "áskesis" que significa ejercicio, preparación para una prueba. Es un término utilizado por el gimnasta Platón, el de las espaldas anchas, y cuyo significado lo ampliaba al terreno espiritual, la ascesis, no es solo un ejercicio físico, también es una preparación para la vida.

Es un arte tener una disciplina personal digna y equilibrada, porque muy pocas personas se ponen a reflexionar qué tipo de disciplina les conviene y quieren para su vida, en general, la disciplina que tenemos es una continuación, oposición, exageración, disminución, etc. De la disciplina / control, que hemos recibido. Un problema grande también es el hecho de no haber recibido una disciplina: todo ser humano necesita la consciencia de límite, lo vemos en el recién nacido, uno de los movimientos que hace con sus manos y sus pies, en general con todo su cuerpo, es buscar el límite que lo ha contenido todos esos meses, las paredes que le han dado sentido a su vivencia, todos necesitamos disciplina. 

Cuando somos adultos, y diría mas, desde que somos capaces de tomar consciencia, tenemos la oportunidad de elegir nuestra propia disciplina, ya no puede ser una simple continuación, oposición, etc. a lo que recibimos de nuestros padres, ahora te toca a ti, ser el moderador de tus retos. Es importante para hacernos adultos, encontrar nuestra propia disciplina, aquella en la que nos sentimos dignos, libres, con entusiasmo, una disciplina que nos permita experimentar la gran alegría de superar un reto.

Todo lo vivo, especialmente los seres vivos animados necesitamos superar retos para que nuestra vida tenga sentido, el equilibrio consistirá en que nuestra disciplina tenga un toque ascético, de preparación; no debe ser una tiranía, no debe ser ausencia de límites, es como la gestión del tiempo, las personas que son soberanas, tienen un tiempo atado digno y un tiempo libre jubiloso. 

Los adolescentes suelen comprender muy bien que la palabra disciplina es la solución para muchos de sus asuntos. Por ejemplo, le puedo preguntar a un joven de 20 años, con dificultades escolares, laborales, adictivas, etc. ¿Cuáles son tus problemas?, respuestas:

  • Fumo muchos porros
  • Me voy a dormir muy tarde
  • Me levanto tarde, no desayuno bien, no aprovecho bien la universidad
  • Las clases son en inglés y no entiendo nada y tampoco tengo paciencia
  • Salto muy rápido cuando mi madre dice algo

Le dije: “En realidad tienes un solo problema: disciplina”.

Es obvio que nuestra vida es compleja, que nuestras dificultades tienen muchos ingredientes y condimentos, pero está claro que una disciplina personal, una actitud de “entreno” ante los retos que la vida pone, proporciona una actitud fuerte y sólida para nuestro camino. A los adolescentes les encanta que les diga: “Eres exitoso porque has sido disciplinado”. Estamos sumamente condicionados, el esfuerzo depende de nosotros, el resultado no, si nos hacemos responsables del proceso, sabremos que hay placer en ser coherente, en haber hecho lo que te tocaba hacer, en haber sido disciplinado.

Quien es disciplinado es exitoso.