viernes, 18 de diciembre de 2015

VASILI GROSSMAN Y EL AMOR ESCONDIDO EN LA GUERRA

Vasili Grossman era corresponsal del diario "Estrella Roja" cuando se encontró en la calle el cadáver de una mujer con una carta en las manos, aquel día su columna publicó el contenido de aquella carta: "Hijo mío, me alegro de que no estés a mi lado y que no tengas que conocer este horrible destino. Recuerda que el amor de tu madre siempre estará contigo. Nunca nadie tendrá el poder de matarlo".

Son muchos los que consideran que, sin saberlo Vasili Grossman estaba elevando a la literatura el periodismo. Aquellas terribles experiencias son las que nutren "VIDA Y DESTINO" novela imprescindible para entender los misterios más sorprendentes del corazón humano, las alianzas más inverosímiles, las pequeñas y terribles guerras dentro de una guerra mayor, y por supuesto el amor dentro de la guerra.

FOTO: Máxima García, víctima de las violaciones múltiples durante la guerra civil guatemalteca (Javier Bauluz / Piraván)

AMIGO DE MIS AMIGOS, PERO MÁS DE VASILI GROSSMAN

¡La amistad! Existen tantos tipos…. 

(Texto sobre la amistad de Vasili Grossman en "VIDA Y DESTINO")

La amistad en el trabajo. La amistad en la actividad revolucionaria, la amistad en un largo viaje, entre soldados, en una prisión de transito, donde entre el recuerdo y la separación discurren solo dos o tres días, pero el recuerdo de esas horas se conserva durante años .La amistad en la alegría, la amistad en el dolor. La amistad en la igualdad y en la desigualdad.
¿En que consiste la amistad? ¿Es una simple comunidad de trabajo y destino? A veces el odio entre miembros de un mismo partido cuyas ideas solo se diferencian en pequeños matices es mayor que hacia los enemigos del partido. A veces los hombres que van juntos a la batalla se detestan mas entre ellos que al enemigo común .Y del mismo modo a veces el odio ente prisioneros supera al odio que estos sienten por sus carceleros.
Lo cierto es que los amigos se encuentran la mayoría de las veces entre aquellos que comparten el mismo destino, la misma profesión, los mismos objetivos, pero concluir que es esa comunidad lo que determina la amistad seria un tanto prematura.
¿Pueden establecer lazos de amistad dos caracteres completamente diferentes? ¡Por supuesto!
La amistad a veces es una relación desinteresada.
La amistad a veces es egoísta, otra esta marcada por el espíritu de sacrificio; pero lo extraño es que el egoísmo de la amistad aporta un beneficio desinteresado a aquel del que se es amigo, mientras que el sacrificio de la amistad es esencialmente egoísta.
La amistad es un espejo en el que el hombre se contempla a si mismo .A veces, mientras conversas con un amigo, te reconoces a ti mismo: es contigo mismo con quien hablas, es contigo con quien te relacionas.
La amistad es igualdad y afinidad. Pero al mismo tiempo es desigualdad y diferencia.
Existe una amistad práctica, eficaz cuando hay un trabajo colectivo, en la lucha común por la vida, por un trozo de pan.
También esta la amistad por un ideal elevado, la amistad filosófica entre interlocutores contemplativos, entre personas que trabajan en campos diferentes, cada uno por su cuenta, pero que juzgan la vida con criterios idénticos.
Es posible que una amistad elevada auné la amistad activa – la del esfuerzo y la lucha – y la amistad de los interlocutores contemplativos
Los amigos siempre se necesitan el uno al otro, pero no siempre piden lo mismo a la amistad .Los amigos no siempre quieren la misma cosa de la amistad .Uno ofrece al otro su experiencia, el otro se enriquece con esa experiencia. Uno ,al ayudar a un joven amigo ,débil e inexperto , toma conciencia de su propia fuerza y madurez, en tanto el otro reconoce en el amigo el propio ideal de fuerza , madurez ,experiencia .Así , en la amistad uno da , mientras que el otro se alegra por los regalos .
Ocurre que un amigo es una instancia tacita que ayuda al hombre a entrar en relación consigo mismo, a encontrar la felicidad en si mismo, en sus propios pensamientos que se vuelven inteligibles, tangibles gracias a que encuentran un eco en el alma del amigo.
La amistad de la razón, la amistad contemplativa, a menudo exige de los amigos unidad de pensamiento, pero esta afinidad no es obligatoriamente total .A veces la amistad se expresa en la disputa, en las divergencias.
Cuando los amigos son idénticos en todos los aspectos, cuando se reflejan el uno en el otro, la disputa con el amigo será una disputa con uno mismo.
Amigo es aquel que justifica tus debilidades, tus defectos e incluso tus vicios; es aquel que confirma tu equidad, tu talante, tus meritos.
Amigo es aquel que, amando, desenmascara tus debilidades, tus defectos y tus vicios.
La amistad es, pues, aquello que fundado sobre lo semejante, se manifiesta en las diferencias, las contradicciones, las desemejanzas .En la amistad el hombre aspira a recibir de forma egoísta aquello que él no posee. En la amistad el hombre aspira a dar aquello que posee.
El deseo de amistad es inherente a la naturaleza humana, y aquel que no sabe establecer vínculos de amistad con las personas, los tendrá con animales, perros, caballos, gatos, ratones, arañas.
Un ser dotado de una fuerza absoluta no necesita amigos; evidentemente, ese ser solo puede ser Dios.
La verdadera amistad no depende de que un amigo se siente en un trono o que, derrocado de dicho trono, vaya a parar a prisión .La verdadera amistad se corresponde con las cualidades del alma y es indiferente a la gloria, a la fuerza exterior.
Múltiples son las formas de la amistad y múltiple es su contenido, pero hay un fundamento solidó en ella: la fe en el carácter inquebrantable del amigo, en su fidelidad. Por ello es particularmente bella la amistad allí donde el hombre celebra el sabbat. Allí donde el amigo y la amistad son sacrificados en nombre de los más altos intereses, el hombre, declarado enemigo del ideal supremo, pierde a todos sus amigos, pero conserva su fe en su único amigo.

Vasili Grossman “Vida y Destino”

jueves, 10 de diciembre de 2015

NEUROSIS DE CLASE Y REALIZACIÓN PERSONAL

Vincent de Gaulejac acuñó el término “Neurosis de clase” en los años ochenta, una época en la que la sociología aún tenía oportunidad de mirar con cierta nitidez los conflictos de identidad que suponía pertenecer a un grupo humano de una escala social y luego pertenecer a otra: “Todo individuo que cambia de clase social vive un conflicto entre su identidad heredada (identidad de origen que le confiere su medio familiar) y su identidad adquirida (la que va construyendo en el transcurso de su trayectoria)”. Sin embargo en nuestros días no es el caso, estamos en una sociedad fragmentada, -Zigmunt Baumann habla de la sociedad líquida-, pero eso no significa que no haya más clases sociales, pero sí que no son tan identificables como antes lo eran.

La Neurosis de clase tiene matices e intensidades, la podemos ver en lo colectivo y lo personal. De esta menera podemos comprender como es que grandes colectivos migratorios permanecen fieles al grupo social del que proceden, por ejemplo los más de 20 millones de mexicanos que viven en los Estados Unidos, son leales a los que se han quedado trabajando "de sol a sol", y aunque objetivamente su vida material haya mejorado un poco o mucho, la vivencia interna sigue siendo Rulfiana "es que somos muy pobres". A nivel individual se puede constatar como muchas personas que han podido acceder a una movilidad social, por ejemplo accediendo a una titulación profesional que no tuvieron sus padres, de alguna manera permanecerán fieles: no ejerciendo, no disfrutando del objetivo conseguido, y algunas veces incluso "fracasando". Sin pretender un reduccionismo terapeutico simple, y siendo consciente de que son muchos factores los que contribuyen a que un grupo social de emigrantes, permanezcan fieles a su origen muchas veces en detrimento de su prosperidad, la buena solución para superar la "neurosis de clase" sería llevar a la vida esta frase: "AUNQUE LO HAGA DIFERENTE, AUNQUE VIVA DE MANERA DIFERENTE, SIGO PERTENECIENDO, SOY UNO DE VOSOTROS, SOMOS UNOS DE VOSOTROS".

Reflexiono ahora sobre esa pesada carga llamada: REALIZACIÓN PERSONAL. De alguna manera los anhelos conscientes e inconscientes de la sociedad (representada muchas veces en los padres) respecto de los individuos (hijos) son una movilidad social ascendente, que hace pocas décadas tenían unas metáforas más o menos claras: obtener un grado académico, estabilidad laboral, reproducción del modelo social, etc. Esto estaba más marcado hace pocas décadas, hoy piden algo más “simple”, pero TERRIBLE: SER FELICES. El problema es que todo mundo sabe como obtener una carrera y como gestionar el fracaso en caso de no obtenerla, pero nadie sabe como “Ser feliz” y tampoco sabe la gestión del NO-SERLO.

En nuestros días vivimos la ideología (tiranía) de la realización personal: “La realización de sí mismo, es un fenómeno nuevo, masivo. Las generaciones de burgueses anteriores a los 60 tenían como proyecto parental para los hombres que debían ser abogados, ingenieros o médicos. Para las mujeres, casarse con un abogado, ingeniero o médico. En las clases populares no había proyecto parental más que aceptar la condición de obrero o campesino o bien tener la esperanza de que, a través del estudio, uno podía acceder a un estatus social un poco menos duro, con un salario mensual, llegar a ser empleado de oficina, con un trabajo estable, sin tener que estar expuesto a las inclemencias del clima. La identidad estaba muy determinada por la reproducción de las relaciones sociales. Hoy, cuando uno les pregunta a los padres sobre cuál es el proyecto parental respecto de sus hijos, dicen que esperan que haga lo que quieren y lo importante es que él o ella sea feliz. Lo que sucede es que en el ejemplo anterior los padres sabían cómo uno se convierte en abogado, ingeniero, médico; mientras que hoy los padres no saben cómo se hace para ser feliz. En un contexto en el que la cultura del alto rendimiento, la excelencia no pasa sólo por la familia, sino por los medios de comunicación, nos arrastra a la idea de que para tener éxito en la vida hay que poder realizarse, desarrollarse como las estrellas, los campeones de fútbol, las personas que tuvieron éxito. 

Hay una especie de demanda, muy individualista y narcisista, que dice que para ser reconocido hay que ser emprendedor de su propia vida. La idea imperante es que a los que les va bien es porque tienen talento. Por el contrario, a los que les va mal es porque no supieron realizarse, no supieron desarrollar su capital humano. Para la ideología de gestión, con la que se manejan las empresas, el yo de cada individuo se convirtió en una especie de capital que hay que hacer crecer. Eso es una ideología individualista, capitalista, que se va internalizando con la idea de que hay que ser rendidor en la escuela para llegar a los mejores lugares en las empresas de mayor rentabilidad y las mejores posiciones. Esa es la lucha por los lugares y eso es lo que moviliza a los individuos, y lo hace caer en una trampa, que es la igualdad de oportunidades: la idea de que es el talento el determinante esencial de la existencia humana".
Hay dos posiciones para sobrevivir a tal tiranía: Las reacciones defensivas y los mecanismos de liberación. En la primera las personas aprendemos a sobrevivir en este capitalismo salvaje, nos ponemos a codazos a luchar por un lugar en la cultura del éxito y del rendimiento, intentamos vivir lo mejor posible, muchas veces sin hacer lo que nos gusta y cuando ya no estamos a la altura de las exigencias de la cultura del éxito, viene el desmoronamiento y la depresión.

Los mecanismos de liberación tienen muchas caras: delegar en algo colectivo la responsabilidad individual, por ejemplo un grupo religioso, un partido político, etc. pero también tenemos la oportunidad de ejercer pequeños estrategias de liberación respecto de la tiranía de la realización personal y del “éxito”. Es innegable que ya estamos sumergidos en esta cultura que nos obliga a encontrar un sitio y luchar por él, y que muchas veces las opciones radicales como sería abdicar de la integración social formando por ejemplo una comuna requiere una audacia condimentada con sabiduría, y que muchos que lo han intentado han naufragado en el intento.
Las estrategias de liberación individuales como sería tener un trabajo menos remunerado pero que se compensa porque tiene mayor sentido, participar de una economía más social, dar más tiempo a la cultura para cada vez darle más peso al SER que al TENER, dejar de mirar tanto lo personal para interesarse por la manera de colaborar con otros seres humanos (Solidaridad), etc. solo son posibles si hay un soporte social, cultural e incluso económico: no puedes ser solidario si no tienes tu lo mínimo que necesitas para cuidarte, de allí que el asunto de encontrar el SENTIDO DE LA EXISTENCIA es en el fondo un problema POLÍTICO, la psicología puede ayudar al individuo a gestionar el sentido de su existencia respecto de la realidad social donde le toca vivir; la sociología clínica le ayudará a integrar de la manera más compensada posible los grupos sociales de los que proviene y a los que se ha integrado, pero sólo la política hará posible que la sociedad tenga medios suficientes para superar el vacío que puede suponer la derrota ante la cultura de la realización de si mismo.

sábado, 21 de noviembre de 2015

SILERE, TACERE

Estar en silencio no es lo mismo que estar callado, ninguna de las dos cosas es productiva, pero el silencio tiene un toque místico, estar callado es simplemente no usar la voz, no hacer ruido.
El silencio tiene mucha fuerza, siempre he tenido especial veneración por las personas que me pueden explicar sus dificultades sin quejarse y sin dramatizar de manera excesiva. Soy de los que piensa que puedes expresar que algo te duele sin darle tantas vueltas con la cabeza, se puede llorar, sentir ansiedad, miedo, un nudo en alguna parte del cuerpo, etc. pero seguramente las personas despiertas no se recrean en el lamento, ni en la queja, si algo duele lo sientes, lo expresas, lo lloras, lo gritas, etc. pero una persona despierta no le da vueltas: El dolor es inevitable, el sufrimiento es una elección.
Es fácil identificar al silencio con la ausencia de ruido, pero a veces en medio de las dificultades también puedes estar en silencio, silencio es pausa, asentimiento, ritmo e incluso conexión. Cuando alguien sufre algo muy difícil, cuando un dolor es verdadero, algo en el ser del sufriente se queda en silencio.

La fisiología nos enseña que el silencio está al alcance de cualquier persona que respire, está al alcance incluso de los que somos ruidosos. Me fascina pensar en ese breve instante en el que la inspiración cambia a espiración y viceversa: No pueden estar las dos al mismo tiempo, y justo en ese cambio ALLÍ ESTÁ EL SILENCIO.


sábado, 7 de noviembre de 2015

UN MUNDO SIN PAUL AUSTER

Muchas personas no han leído a Paul Auster, en estos días me he encontrado con varias personas que me lo confirman, más allá de si pueda ser considerado como un autor ínclito, es una referencia personal literaria cuando quiero explicar el sinfín de sincronías y casualidades con las que nos encontramos de manera cotidiana todos los seres humanos. Los lectores de Auster saben a qué me refiero, y muchas veces doy por sentado que las personas medianamente cultas han leído a Paul Auster.

Resulta que no solamente mucha gente no ha leído a Paul Auster, sino que además podríamos simplificarlo diciendo que simplemente muchas personas no leen, así mismo podríamos decir que la mayoría de la gente no está atenta a ese cúmulo de casualidades que la vida nos ofrece casi cada día.

El otro día me encontré en un solo día a tres personas que habían nacido el mismo día que yo, el día 25 de octubre y como corolario la tercera persona era del mismo día y el mismo año que yo. Hace un mes me topé con un hombre que se llamaba igual que mi padre, igual que yo puesto que me llamo como mi padre, que había nacido el mismo día, mes y año que mi padre. Me quedé estupefacto, pues la vida me estaba ofreciendo una realidad paralela en un mundo real: estaba viendo otra versión de mi padre a diez mil kilómetros de donde vive él y la versión de mi mismo dentro de 23 años que son los que me separan de mi padre.

Paul Auster se ha convertido en los tiempos recientes en un clásico contemporáneo, su peculiar universo onírico e inconsciente se va revelando poco a poco en cada uno de sus libros, y aunque cada uno de ellos se presenta como una obra acabada, siempre tienes al sensación de asistir a la epifanía de una mente creativa en constante ebullición. Cierto es que a veces tienes la sensación de estar leyendo lo mismo: historias de coincidencias, personajes encerrados, nihilismo existencialista, etc. y sin embargo cada libro nuevo es capaz de sorprenderte. Por mi parte me he acostumbrado a la frase “Efecto Paul Auster” para referirme a las múltiples coincidencias y hechos sorpresivos que han rodeado mi vida.

Leí de un tirón “La invención de la soledad, un libro que Auster escribió el mismo día en que murió su padre, es una especie de reflexión sobre su relación con su padre, un libro intimista, respetuoso pero al mismo tiempo descarnado, un buen libro para que cualquier persona reflexione sobre la relación con su padre; solo equiparable al libro de Philip Roth “Patrimonio” que narra la relación del escritor con la enfermedad terminal de su padre.

En el año 2007, Auster dijo que no tenía nada más que publicar y lo dejó, pero, –al igual que sus personajes- después de la crisis se reinventa; un hombre y un escritor coherente.


Vivimos en un mundo de Paul Auster sin saberlo, y mucha gente vive sin saber que Paul Auster Existe.

Por cierto, Paul Auster tiene la misma edad de mi padre.

jueves, 5 de noviembre de 2015

LA LLAVE DE LA VIDA

Un día por la noche Nasrudin se encuentra dando vueltas alrededor de una farola, mirando hacia abajo. Pasa por allí un vecino.
- ¿Qué estás haciendo Nasrudín, has perdido alguna cosa?- le pregunta.
- Sí, estoy buscando mi llave.
El vecino se queda con él para ayudarle a buscar. Después de un rato, pasa una vecina.
-¿Qué estáis haciendo? - les pregunta.
- Estamos buscando la llave de Nasrudín.
Ella también quiere ayudarlos y se pone a buscar.
Luego, otro vecino se une a ellos. Juntos buscan y buscan y buscan. Habiendo buscado durante un largo rato acaban por cansarse. Un vecino pregunta:
- Nasrudín, hemos buscado tu llave durante mucho tiempo, ¿estás seguro de haberla perdido en este lugar?
- No, dice Nasrudín
- ¿dónde la perdiste, pues?
- Allí, en mi casa.
- Entonces, ¿por qué la estamos buscando aquí?
- Pues porque aquí hay más luz y mi casa está muy oscura.
- - - - - - - -
Buscamos la llave de la vida afuera, donde creemos que hay luz: en los libros, en los sabios, en la filosofía, en las religiones, etc. La llave está en nuestra casa, en uno mismo, y nuestra casa está a oscuras. Cuando percibimos nuestras sombras, nos hacemos responsables de ellas y las iluminamos si podemos, es cuando tenemos la llave de la vida y empezamos a evolucionar.

martes, 27 de octubre de 2015

La vida no vale nada, "Pero sigo siendo el Rey", ¡GRACIAS!

El filósofo del pueblo mexicano JOSÉ ALFREDO JIMÉNEZ, nos enseñó que la vida no vale nada, a irnos hasta el último trago y que todos somos “El Rey”; pero ese mismo guía del pueblo escribió una bellísima canción que simplemente dice: GRACIAS “¿como puedo pagar que me quieran a mi y a todas mis canciones?”. 

No quisiera parecer petulante, pero desde niño he estado rodeado de muchos amigos, y hasta hace poco me lo explicaba por las palabras que Pedro Almodóvar puso en boca de Agrado “Porque siempre me he esforzado en agradar a la gente”, pero hace tiempo que ya no me esfuerzo y los amigos siguen estando presentes, por algo será.

Alguna vez me preguntaron -cuando era niño- ¿que quería ser de mayor? respondí tranquilamente: Niño. Como la pregunta se repitió muchas veces aprendí a decir que quería "ser bien chingón", "ser un ingeniero rico", etc. pero seguramente lo respondía para deleite de LOS adultos que me interrogaban, en el fondo de mi, quería seguir siendo niño y en buena parte lo he conseguido, aunque el espejo dibuja arrugas y canas que dicen casi cincuenta, mi espíritu y mi candidez siguen siendo las de un niño.

Tengo que matizar que decía que quería ser rico para “tener muchas mujeres”. (Aquí reservamos un espacio para las risas del público)... lo cierto es que a los cuarenta ya estamos todos casados: con una persona, con una idea, con un trabajo y en el peor de los casos con un vicio, yo me he casado con dos cosas: con mi trabajo y con mis amigos y a ambos les estoy agradecido.

Hay muchas cosas que seguramente puedo mejorar, pero soy benevolente conmigo mismo, no me gusta hacer reflexiones sobre mi vida en alguna resaca de domingo, la filósofa Agrado, dijo una gran verdad, que “Uno es más auténtico en la medida que se parece más a lo que siempre soñó” y yo me he esforzado por ser auténtico... estoy en ese camino.

Hay tantas cosas por las cuales estar agradecido, son tantas las personas a las que puedo dar gracias, que solo diré que estoy sobre todo muy agradecido con mis padres, a través de ellos recibí la vida, cuidaron de mi salud, alimentación y educación cuando era niño; siempre han confiado en mi cuando me han visto confundido en la vida, cuando he tenido momentos muy difíciles me han ofrecido sus brazos y su consuelo, mi padre me llevó a inscribirme a la facultad de medicina, sin duda la cosa más importante de mi vida. Las cosas más importantes como padres las han hecho muy bien.

Muchas gracias a quienes se han alegrado de que yo esté vivo.

viernes, 23 de octubre de 2015

SINCERIDAD

La cocina te enseña entre otras, cosas que las cacerolas, las ollas, los utensilios en general se van gastando, van teniendo abolladuras, van perdiendo brillo y sin embargo te parecen valiosos, agradeces el hecho de que estén allí a tu servicio, se presentan tal como son, son sinceros. Los seres humanos también vamos perdiendo brillo con el tiempo y cuesta permanecer “sincero”.
En la antigua Francia los escultores trabajaban la piedra y los que no sabían mucho aplicaban remiendos con cera, de tal manera que los buenos escultores a sus obras les ponían un cartelito: "Sin cera". Hay quien dice lo mismo de los escultores renacentistas españoles.
 Los utensilios de la cocina son pues una buena metáfora de la vida, son "sin cera".
Marguerite Yourcenar, tienen un libro titulado; "El tiempo, el gran escultor". ¡Cuanta verdad!, es el tiempo y son las experiencias las que van llenando nuestro ser de imperfecciones, golpes, abolladuras, pero si estamos despiertos, tenemos la oportunidad de con los años, cocinar una vida más llena de sentido, al mismo tiempo que más auténtica.
Es dificil ser sincero del todo, sobre todo porque ser sincero, no es decir todo lo que piensas, sino más bien no decir nunca lo contrario de lo que piensas. Es un riesgo que hay que correr, porque por otro lado, es mejor que te rechacen por lo que eres a que te amen por lo que no eres.

viernes, 16 de octubre de 2015

UNO SUEÑA CON AMIGOS

Uno sueña con amigos y la vida se los da...

Uno sueña que habrá un mundo en que no habrá despedidas, porque mi historia con grandes amigos, ha sido una historia de constantes despedidas, por más que nos hemos empeñado en recordarnos que entre los amigos no nos despedimos, nos damos citas para más adelante.

Uno piensa que en realidad con los buenos amigos no hay agenda, que ellos lo pueden interrumpir a uno cuando les venga en gana, y que más de una vez, esas interrupciones le han provocado a uno un antológico bochorno, pero no pasa nada, con el tiempo sonreiremos a esas anécdotas tan íntimas.

Uno sueña con que un día el mundo no será tan doloroso, que el ser humano arrancará de su corazón ese aspecto mezquino, y seremos capaces de darle cuerda a la rueca del corazón que tiene buen destino, y de pronto uno recuerda que ya tiene amigos que hacen eso, que han dedicado su vida a servir a los desprotegidos.

Uno se alegra mucho cuando es capaz de llamar al otro “amigo”, porque ese descubrimiento te reconcilia con el mundo, y a veces el sentimiento es tan intenso que quisieras hacerle un hueco en tu genealogía, incorporarlo a tu destino.

Uno piensa en sus amigos, de manera constante, con una sonrisa en los labios, por los momentos compartidos, y espera ansioso el momento de compartir un abrazo, de confirmar que aunque separados por la geografía, estamos unidos por la vida.

Hanif Kureishi escribió un libro cuyo título metaforiza muy bien destellos de lo que vivo con muchos amigos:TENGO ALGO QUE CONTARTE, y aunque dice que “el amor es difícil, el sexo complicado, la vida un dolor y la muerte cercana”, lo cierto es que la presencia de mis amigos en esta tierra es motivo de alegría, por eso hoy tengo “algo que contarte” que estoy contento de tenerte como amigo, que es la única mística que practico: la amistad.


Uno sueña con amigos y la vida se los da.

LA FELICIDAD ES UN IDEAL, NO UN ABSOLUTO



Los ideales no son un absoluto. Vivimos un momento cultural de suma exigencia; en lo físico, en lo intelectual, en tener "éxito en general".

Los ideales y el absoluto generan confusión, tal confusión se convierte en una fuente de sufrimiento. Un ideal, nunca es un imperativo categórico. Pongamos por ejemplo la salud, es un ideal estar sano, pero no es un absoluto. Conozco muchísimas personas enfermas que han sabido conservar la felicidad, y viceversa, personas sanas que no son felices.
La sociedad actual –más que cualquier otra en el pasado- nos impone cánones de felicidad como si tales imperativos fuesen un absoluto: Tener una pareja, “ser alguien en la vida”, tener algo en propiedad, tener una salud de hierro, etc. son ideales, pero no absolutos.

Seguramente la vida acompañado es más enriquecedora, más interesante, pero también se puede vivir dignamente en solitario, es decir la pareja, formar una familia, etc. son un ideal pero no un absoluto. Estar sano es un ideal al que debemos aspirar sin obsesionarnos, pues no es un absoluto. Tener una vida próspera es un ideal, pero no debemos amargarnos la vida para conseguirlo.

Así pues, el tópico de “Salud, dinero y amor” son un ideal pero no un absoluto y mucho menos una garantía de felicidad. Es una doble trampa que condena a quienes no consiguen tales ideales a una sensación de fracaso y vacío, y por otro lado estar sano, ser próspero en lo económico, tener alguien que te quiera, no son una garantía de la felicidad.

La felicidad es muy difícil de describir, San Agustín decía del tiempo (aplicable perfectamente a la felicidad) “¿Qué es, pues, el tiempo? Si no me lo preguntan, lo sé; pero si me lo preguntan, no sé explicarlo”, la felicidad es más bien una actitud, cuyos primeros pasos se consiguen con el desprendimiento y la colocación correcta en los sistemas a los que pertenecemos.

martes, 6 de octubre de 2015

Respirar, caminar y amar. Thích Nhất Hạnh



"Si no tienes la capacidad de ayudar a que la otra persona sufra menos, no se puede decir que tengas amor de verdad".

Apuntes de la conferencia de THICH NHAT HANH en Barcelona, 8 mayo 2014 (Transcripción hecha por Koldo Aldai )

Buenas noches queridos amigos. El inspirar puede ser muy agradable. No hace falta hacer ningún esfuerzo Respira de forma natural. Pon la atención en la respiración. Respirar puede representar un placer. Al inspirar no piensas en nada más. Tu mente está plenamente enfocada en la respiración. Relajas, sueltas tus remordimientos, tus preocupaciones y miedos del futuro, entones estás libre para disfrutar de tu respiración. 

Para aquellos de nosotros que estamos acostumbrados al ejercicio de la respiración, el inspirar y el respirar es un placer. Al estar concentrado en la respiración te das cuenta de que estás vivo. Estar vivo es algo maravilloso, un milagro, quizás el más grande de los milagros. En dos o tres segundos de respiración, puedes reparar que estás vivo… Vamos a practicar este ejercicio. Al inspirar celebro la vida en mí mismo y alrededor mío. Es agradable saber que tenemos un cuerpo, que además éste es una maravilla. Cuando pasas dos horas al ordenador puedes olvidarte de que tienes cuerpo. Cuando tu cuerpo no está con tu mente, no te encentras realmente vivo. Al respirar tomas consciencia de que tienes un cuerpo. El cuerpo contiene la Madre Tierra, el Padre Sol y las estrellas. El cuerpo lleva igualmente consigo a todos los antepasados. Podemos establecer ese contacto. Inspirando tomo conciencia de que tengo un cuerpo. Al expirar sonrío a mi cuerpo que es una maravilla.

Si al volver a tu cuerpo ves que hay mucha tensión en él, al inspirar puedes soltar esa tensión. Es un ejercicio que enseñó el Buda, de forma que el cuerpo sufra menos. Se trata de un ejercicio de respiración consciente… Vamos a disfrutar respirando juntos. La práctica de la respiración consiente puede ser realmente beneficiosa. Al traer tu cuerpo a la conciencia, te haces consiente de él. Te estableces plenamente en el momento presente y te hace con las maravillas de la vida sanadora. Las condiciones de la felicidad están disponibles aquí y ahora. Son más que suficientes esas condiciones para que estés alegre y feliz. No tienes que ir hacia el futuro para encontrar nuevas condiciones para la felicidad. 

Quienes sabemos del arte de la respiración consiente, podemos generar paz y alegría cuando queremos. La respiración consciente nos pone en contacto con las condiciones de una felicidad que ya están presentes. La sanación está siempre disponible con la respiración consciente. La práctica de la respiración consciente nos ayuda a manejar una situación dolorosa. La energía de la plena a conciencia generada a través de la respiración, nos ayuda a instalarnos en el orden. La plena conciencia es como la mamá que acoge al bebé. Cuando la madre toma al bebé con ternura, el bebé sufre menos. Si sabemos como acoger ese sufrimiento después de la práctica de la plena conciencia del sufrimiento, sufriremos menos.

Al caminar en plena conciencia, observante de cada paso, se denomina “plena conciencia del caminar”. Ello conlleva plena conciencia igualmente en la respiración. Beber un café es plena conciencia, es decir plena conciencia del beber. Coger un sufrimiento y abrazarlo con ternura, nos ayuda igualmente a sufrir menos. Tenemos miedo a encontrarnos con nosotros mismos, a toparnos con el dolor y vernos desbordados por él. La plena conciencia nos ayuda en ello. La práctica de la respiración consiente nos ayuda a abrazar la plena conciencia. Mientras que los monjes cantan, se recogen en sí mismos y reconocen el sufrimiento. Ahora van a cantar a Avalokistesvhara, el Buda de la compasión. En la primera vez, son consientes del dolor en ellos mismos. La práctica genera la energía de la compasión, la energía de la compasión tiene la capacidad de sanarnos. 

Ante una persona que sufre surge la compasión. Ya no sientes ira. Está la claro que la comprensión hace surgir la energía de la compasión que tiene siempre la capacidad de sanar. Al cantar a Avalokitesvhara los monjes generan la capacidad de sanar su sufrimiento. Cuando cantan por segunda vez, abarcan con el sufrimiento a izquierda y derecha, haciendo surgir nuevamente la energía de la compasión para sanar. Al cantar por tercera vez se ponen en contacto con el sufrimiento de todo el mundo. Contribuyen a sanar la guerra, la pobreza... El propósito es el mismo: hacer surgir la energía de la compasión para sanar. Se entrenan para que pueda surgir la energía de la plena conciencia y la compasión. Quienes escuchamos también podemos hacer botar en nuestro interior esa energía… Nos permitimos ser tocados por esa energía de la compasión y de la conciencia.

Somos gotas de conciencia en medio de un río, permitimos que el río nos abrace. Si tenemos dolor, permitimos que la energía de la plena compasión nos abrace. Nos sentiremos mejor después de unos minutos de práctica. Si tenemos dolor, abrimos nuestro corazón para que la energía de la compasión nos inunde. Si nos dejamos abrazar por la energía colectiva de la “shanga”, igualmente sufriremos menos. Si conocemos a alguna persona que no ha podido venir, podemos generar esa energía y enviársela a ella, pensando en esa persona. Dejamos que nuestra mente y corazón estén presentes para dejarnos ser llevados por la energía de la compasión. 

Todos tenemos la capacidad de la práctica la respiración y el caminar conciente. Podemos practicarla para soltar la tensión de cuerpo y así disfrutar de este cuerpo, disfrutar igualmente del paisaje... Por ejemplo mismamente desde el parking hasta tu oficina, puedes practicar el caminar consciente. Combinas tu inspiración y tu expiración con tus pasos. Puedes decir silenciosamente “Estoy aquí. He llegado…” Llegas en cada paso, en el aquí y el ahora y de esa manera la vida se halla ahí disponible. El pasado ya ha pasado y el futuro no ha llegado. La práctica del respirar y caminar conciente nos trae al instante y nos proporciona las maravillas de la vida. Ésta tiene la capacidad de sanarnos. Cada paso contribuye a soltar la tensión en la mente. Cada uno de ellos puede ser sanador. Cada paso puede nutrir, puede ayudarnos sanar nuestras angustia y nuestros miedos. 

No es preciso que busques un tiempo extra para practicar la meditación consciente. Donde quiera que te encuentres, puedes disfrutar de esa forma de caminar. Si vives en una comunidad, caminar de esa forma puede generar una energía colectiva muy poderosa que contribuirá al colectivo a tocar la alegría y la felicidad. Con ese ejercicio restauramos nuestra belleza y frescura. Tenemos tanta densidad, a veces tanta ira que hemos llegado a perder algo de esa parte de frescura. Si caminamos conscientemente es más fácil restaurar nuestra belleza y frescura. 

Esa belleza y frescura no es sólo para nosotros, sino para las personas que amamos. Si no tienes belleza y frescura, no puedes ofrecer mucho a él o a ella. Caminar unos minutos puede restaurar esa belleza y frescura. Estas prácticas nos ayudan a calmar nuestras emociones y sensaciones. La energía de la plena conciencia desplegada nos ayuda a abrazar nuestras situaciones dolorosas, restaurando así la paz y la calma. La persona que no tiene paz y calma, no puede ser una persona feliz. Así, en ese estado no tenemos mucho que ofrecer a la persona que amamos. La práctica nos ayuda restaurar nuestra calma y frescura. De esa forma nos convertimos en una persona más agradable. Nuestra presencia tiene una claridad que podemos ofrecer a la otra persona. 

El practicar la meditación consiente mejora tu presencia pues te dota de más belleza y frescura. La otra persona, tu compañero, tu compañera, puede apreciar esa clase de belleza. Si podemos organizarnos de forma que la gente que nos rodea nos apoye, podemos mantener por más tiempo esa práctica. Si no tienes la capacidad de ayudar a que la otra persona sufra menos, no se puede decir que tengas amor de verdad. “Karuna” o compasión es la energía que ayuda a las otras personas a sufrir menos. La compasión brota cuando ayudas a la otra persona a dejar su dolor. 

Nuestro sufrimiento lleva al sufrimiento de nuestro padre y nuestra madre. Igualmente al sufrimiento de nuestros antepasados y al sufrimiento de la nación. Es importante aprender a volver a nosotros mismos… Nos puede ayudar a reconocer y abrazar el dolor en nuestro interior. La energía de la comprensión y la compasión emergen y sufrimos menos. La mayor parte de nuestro sufrimiento la hemos creado nosotros mismos, no la otra persona. Cuando emerge la ira y la violencia, podemos reconocer un sufrimiento. Esa persona me ha hecho sufrir, pero no porque abrigue especial intención de dañarme. De hecho hay sufrimiento dentro de ella. Esa persona no sabe cómo manejar el sufrimiento dentro de ella. No conoce la práctica. Es una víctima de su propio sufrimiento. Tú eres la segunda víctima, pero finalmente has comprendido su sufrimiento y estás en condiciones de ayudarla. Puede así que sufra menos. 

Practica la escucha profunda y ayudarás a que la otra persona sufra menos y llegar así a la reconciliación. La práctica de la plena conciencia y la respiración es muy importante. No sólo sanamos, no sólo restauramos nuestra frescura, aliviamos nuestras sensaciones dolorosas…, al sufrir menos, podemos reconocer mejor el sufrimiento en él o en ella. Ella es víctima de su propio sufrimiento. Ya no sientes ira hacia esa persona. Ya no tienes ganas de castigarla, más al contrario abrigas ganas de que esa persona sufra menos. Miras la otra persona. Si la compasión penetra en tus ojos, esa persona dejará de sufrir. Con la compasión en tu corazón puedes decir: “Cariño, yo sé que has sufrido mucho en los últimos años. No te he podido ayudar. No lo he sabido hacerlo mejor. No era mi intensión hacerte sufrir. No he entendido tu sufrimiento, tus dificultases. Si hubiese comprendido tu sufrimiento y tus dificultades no hubiera actuado de esa forma Necesito tu ayuda. Si no me ayudas tú, nadie me puede ayudar. Dime lo que está en tu corazón. Háblame de tu sufrimiento y tus dificultades…” 

Si surge la compasión, entonces puedes hablar de esa forma. Esa persona abrirá tu corazón hacia ti. Hemos organizado retiros de plena conciencia en muchos lugares del mundo. Tras cuatro días de práctica, mucha gente puede comenzar a hablar así y restaurar la comunicación. Hay gente que incluso coge su móvil para practicar la escucha profunda con personas allegadas que no estaban en el retiro. Algunos nos decían que no hubieran imaginado el poder hablar así a la otra persona. Anteriormente sentían tanta ira, que no pensaban que podrían llegar a expresarse de esa forma, con esa benevolencia hacia la otra persona. Cuatro cinco días pueden ser suficientes para restaurar la comunicación… Al fin y al cabo cualquier persona puede practicar la escucha profunda y la palabra amorosa. No hace falta ser budista para ello. En cuarenta años he visto a mucha gente que con la práctica ha logrado restaura la comunicación con la otra persona. 

Cuatro días puede ser sufrientes para restaura la paz en el propio cuerpo y ayudar a la otra persona. La energía de la plena conciencia nos permite acercarnos a él o a ella para poder reanudar la comunicación perdida. La práctica de restaurar la paz y la conciencia es posible por estos métodos. El arte de generar la alegría y felicidad es por lo tanto posible. Un practicante de plena conciencia puede generar la energía de la alegría cuando quiere, a voluntad. Puede ayudar a la otra persona a hacer exactamente lo miso. En ello consiste el arte de la alegría y la felicidad.
Hemos de saber cómo sufrir. Abrazando profundamente al sufrimiento dentro de uno mismo con la energía de la plena conciencia, no tenemos miedo de abrazar el sufrimiento. Quienes conocemos la práctica, sufrimos mucho menos. Conocemos el arte del sufrimiento. Ayudamos a la otra persona también a acoger ese sufrimiento. Diremos: “Cariño, sé que sufres. Por eso estoy aquí, por ti. Me encuentro aquí en plena conciencia para abrazar el sufrimiento en ti. Ello ayudará a la otra persona a restaurar la paz y la comunicación. Ello traerá mucha felicidad. Tenemos la simiente de la felicidad en nosotros mismos y no tenemos porqué pensar en irnos a otro país. Con la energía de la compasión no sólo nos beneficiamos nosotros y los seres queridos. También quienes considerábamos nuestros enemigos se pueden beneficiar de nuestra paz y felicidad.
La práctica del amor de verdad trae mucha felicidad. Estar aquí con frescura y felicidad, es también el arte de recuperar nuestra calma. Podemos práctica solos, pero si practicamos un grupo de personas, se hará más fácil. Si tienes paz, frescura y presencia tienes algo muy hermoso que ofrecer a la otra persona. Puedes pronunciar el “mantra”: “Cariño, estoy aquí por ti.” El amor es al fin y al cabo ofrecer tu presencia a él o a ella. Esa es la muestra por excelencia del amor: una presencia de calidad, un elemento de frescura y de paz. 

¿Cómo podrás amar sino estás aquí? Pasamos tanto tiempo haciendo dinero, estamos tan atrapados en esa dinámica que no tenemos tiempo para los que amamos… Amar es estar presentes para él o ella. He ahí el primer “mantra”. “Estoy aquí por ti” y ello hace que otra la persona se sienta bien. Conocí a un hombre de negocios muy ocupado, hasta el punto que no podía atender a su hijo. Le podía comprar cualquier cosa, pero no tenía tiempo para dedicar ni a su mujer, ni a su hijo. El niño no tenía la sensación de tener un padre. Un día le dijo el padre: “Mañana es tu cumpleaños, ¿Qué quieres que te compre?” El niño respondió: “No quiero nada, sólo te quiero a ti.” Si el padre supiera que con la práctica podría traer el cuerpo al momento presente… El podría recitar un “mantra” tipo: “Querido hijo estoy aquí para a ti” Ese “mantra” es efectivo si se pronuncia con concentración y plena conciencia. Hay que hacer respiración o caminar antes de hacer ese “mantra”.
Si la persona en cuestión no está disponible, le puedes enviar por tu teléfono móvil el mensaje, pero antes de apretar el botón has de practicar la respiración y la plena conciencia… (Risas) Hay otro segundo “mantra” que puede hacer a la otra persona feliz al instante: “Cariño se que estás aquí y ello me hace muy feliz” Significa por lo tanto reconocer a la otra persona como algo muy precioso para ti. Con la plena conciencia reconoces la felicidad de poder estar con la otra persona. Cuando estás realmente ahí, puedes recocer esa presencia de la otra persona. Este “mantra” puede hacer feliz a quien nos acompaña y a nosotros mismos. Si esa persona no esta presente en ese momento puedes practicar con el Iphone... (Risas…)