Los
ideales no son un absoluto. Vivimos un momento cultural de suma
exigencia; en lo físico, en lo intelectual, en tener "éxito en general".
Los ideales y el absoluto generan confusión, tal confusión se convierte en una fuente de sufrimiento. Un ideal, nunca es un imperativo categórico. Pongamos por ejemplo la salud, es un ideal estar sano, pero no es un absoluto. Conozco muchísimas personas enfermas que han sabido conservar la felicidad, y viceversa, personas sanas que no son felices.
La
sociedad actual –más que cualquier otra en el pasado- nos impone
cánones de felicidad como si tales imperativos fuesen un absoluto:
Tener una pareja, “ser alguien en la vida”, tener algo en propiedad,
tener una salud de hierro, etc. son ideales, pero no absolutos.
Seguramente la vida acompañado es más enriquecedora, más interesante, pero también se puede vivir dignamente en solitario, es decir la pareja, formar una familia, etc. son un ideal pero no un absoluto. Estar sano es un ideal al que debemos aspirar sin obsesionarnos, pues no es un absoluto. Tener una vida próspera es un ideal, pero no debemos amargarnos la vida para conseguirlo.
Así pues, el tópico de “Salud, dinero y amor” son un ideal pero no un absoluto y mucho menos una garantía de felicidad. Es una doble trampa que condena a quienes no consiguen tales ideales a una sensación de fracaso y vacío, y por otro lado estar sano, ser próspero en lo económico, tener alguien que te quiera, no son una garantía de la felicidad.
La felicidad es muy difícil de describir, San Agustín decía del tiempo (aplicable perfectamente a la felicidad) “¿Qué es, pues, el tiempo? Si no me lo preguntan, lo sé; pero si me lo preguntan, no sé explicarlo”, la felicidad es más bien una actitud, cuyos primeros pasos se consiguen con el desprendimiento y la colocación correcta en los sistemas a los que pertenecemos.
2 comentarios:
És tan interna la felicitat... Amb les teves paraules desfeim, doncs, els absoluts i acurtam el llindar dels ideals. Així és més fàcil ser feliç.
És tan interna la felicitat... Amb les teves paraules desfeim, doncs, els absoluts i acurtam el llindar dels ideals. Així és més fàcil ser feliç.
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