miércoles, 13 de junio de 2018

KINTSUGI: PONER VALOR A LAS HERIDAS


En Japón hay un arte centenario llamado Kintsugi “carpintería de oro”, reparan las piezas de cerámica rotas con oro, de esta manera las heridas de la vasija, -generalmente un cuenco de porcelana- se exhiben con una nueva belleza. Lo mismo pasa con nuestro recorrido vital, hay momentos de nuestra vida en la que hemos estado rotos, y ha sido nuestra resiliencia, el amor de otros y una dosis de buena suerte la que ha puesto brillo y belleza en nuestras heridas. La naturaleza es así: hace callos y cicatrices con tejidos más fuertes para los momentos que vienen.
Este arte japonés, me hizo recordar que en el documental "Cómo cocinar tu vida", el monje budista Edward Brown nos recuerda que utensilios se van gastando, abollando y perdiendo brillo, sin embargo, te parecen valiosos, están a tu servicio, se presentan tal como son, son sinceros.
En la antigua Francia los escultores trabajaban la piedra y los que no sabían mucho aplicaban remiendos con cera, de tal manera que los buenos escultores a sus obras les ponían un cartelito: "Sin cera" Los utensilios de la cocina son pues una buena metáfora de la vida, son "sin cera.
Amemos nuestras heridas, nos recuerdan que hemos vivido y sobrevivido.