jueves, 25 de abril de 2019

LA SINCERIDAD DE LA COCINA

En la antigua Francia los escultores trabajaban la piedra, y los que no dominaban demasiado el arte de la escultura aplicaban remiendos con cera, de tal manera que los buenos escultores a sus obras les ponían un cartelito: "Sin cera" de allí viene la palabra sincero, sin trucos, sin remiendos.
Hace días, un artista me preguntaba cómo debería ofrecer sus obras al público, la respuesta es: de manera sincera. Esta respuesta que era para el artista podría ser válida para cualquier aspecto de nuestra vida, lo ideal sería ofrecernos sin Photoshop, sin condimentos innecesarios, sin prótesis, sin tintes, sin maquillajes excesivos, sin cera…
Sin duda la sinceridad sobria y genuina emana de una autoestima correcta, que a su vez surge de la coherencia y asentimiento a las riquezas y valores que uno tiene como persona. Hay personas que tienen una autoestima alta porque tienen poder económico, político, estético, etc. mi punto de vista es que no es una autoestima sólida, la autoestima fuerte es aquella que surge del asentimiento a los recursos que la vida o el destino nos ha entregado, y del esfuerzo que hemos puesto en aprovechar esos recursos, podríamos resumir que la autoestima correcta es aquella en la que una persona asiente a lo que es, a lo que tiene y a lo que sabe; es consciente de sus límites y ha sido lo suficientemente audaz y perseverante para multiplicar sus recursos y embellecer su vida.
Luego me puse a pensar que la cocina de muchas abuelas es una cocina sincera, con una autoestima correcta. Las abuelas cocinan con amor, con seguridad, y con alegría; te ofrecen el platillo convencidas de que te va a gustar y disfrutan viéndote disfrutar. No hay arrogancia en lo que ofrecen, ni exageran en los condimentos, se presentan tal como son. Esa debería ser nuestra actitud a la hora de ofrecer nuestros servicios, con nuestro servicio, también ofrecemos las cosas buenas que sabe cocinar -ofrecer- nuestra familia. Ofrecemos lo que sabe hacer nuestra familia sin cera.
La cocina, les enseña a las abuelas y nos enseña a nosotros, que las cacerolas, las ollas, los utensilios en general se van gastando, van teniendo abolladuras, van perdiendo brillo y sin embargo te parecen valiosos, agradeces el hecho de que estén allí a tu servicio, se presentan tal como son, son sinceros. Los seres humanos también vamos perdiendo brillo con el tiempo y cuesta permanecer “sincero”, nos presionan para que seamos especiales, cuando lo realmente importante es se auténtico… sin cera.
Cocinar es un buen entrenamiento para la sinceridad, es una de las actividades más fascinantes que realiza el ser humano, y es una lástima que, con el tiempo, hemos perdido la oportunidad de tocar, oler e incluso de mirar los alimentos tal como son. Nuestros dedos han olvidado la textura del arroz a la hora de lavarlo, nuestros ojos se han perdido poco a poco del festival del color de las judías, las zanahorias, los guisantes, nuestros sentidos ya solo reconocen las latas.
Cuando cocinas iluminas el alma de la persona que come lo que has preparado, un privilegio, nuestra vida ideal debería ser como la cocina, el que recibe tus servicios y tus guisos, come y recibe un abrazo sincero. Es mejor ser rechazado por lo que eres, que ser querido por lo que no eres. Es una lástima que tengamos presente la sinceridad sólo respecto de la palabra, “decir las verdades”, cuando quizás justamente quedarse en silencio a veces, también es un acto sincero.
Seamos sinceros,
total, es mejor ser rechazados por lo que somos a ser queridos por lo que no somos.
FOTO: En un metate como este, mi abuela molía el maíz y los ingredientes para el mole.


lunes, 15 de abril de 2019

curar la VIDA y embellecer los DESTINOS

La literatura ha sido un pilar imprescindible para interpretar mi vida y para comprender mi destino. Los libros han sido bálsamo, guía, fuente, lucidez y sentido. Son muchos los libros que han ayudado a forjar la persona que soy, especialmente “VIDA Y DESTINO” de Vasili Grossman.
Es por ello que me he atrevido a renombrar mi página web profesional con el nombre “vida y destinos” soy un médico que ayuda a curar la vida de las personas, y al mismo tiempo soy un artesano que les ofrece herramientas para embellecer su destino.
Vasili Grossman era corresponsal del diario soviético "Estrella Roja" cuando se encontró en la calle el cadáver de una mujer con una carta en las manos, aquel día su columna publicó el contenido de aquella carta:
 
"Hijo mío, me alegro de que no estés a mi lado y que no tengas que conocer este horrible destino. Recuerda que el amor de tu madre siempre estará contigo. Nunca nadie tendrá el poder de matarlo".

Son muchos los que consideran que, sin saberlo Vasili Grossman estaba elevando a la literatura el periodismo. Aquellas terribles experiencias son las que nutren "VIDA Y DESTINO" novela imprescindible para entender los misterios más sorprendentes del corazón humano, las alianzas más inverosímiles, las pequeñas y terribles guerras dentro de una guerra mayor, y por supuesto el amor dentro de la guerra.
El descubrimiento de la masacre nazi de 30.000 judíos, incluida su propia madre, en su pueblo natal, Berdíchev, le decidió a destapar la complicidad entre nazis y comunistas que había posibilitado este exterminio; Ilyá Ehrenburg escribió: “A finales de 1943, junto con V. Grossman, empecé a trabajar en una compilación de documentos… Decidimos reunir diarios, cartas personales, relatos de víctimas supervivientes o de testigos oculares de la aniquilación de los judíos cometida por los nazis en los territorios ocupados”
Grossman fue el primero en entrevistar a los supervivientes de Treblinka, y como he dicho fue de los primeros que dio aviso de los campos de concentración nazis y soviéticos. Intentó publicar su obra aprovechando la “apertura” de Kruschev, el resultado fue que su novela fue secuestrada y eliminada por la KGB. Murió creyendo que su obra fue eliminada por completo, murió de un cáncer de estómago, la ignominia sobre su obra fue un bocado difícil de digerir, Por suerte algún manuscrito sobrevivió y gracias a ello tenemos ese testimonio invaluable de los horrores del siglo XX. Y como soy de los que piensa que en el universo todo está equilibrado de alguna manera, mantengo la esperanza de que parte de su ser pueda disfrutar del gozo literario que nos ha provocado en sus lectores, pues hay quien dice que Vasili Grossman aspiraba a cambiar el mundo con su novela, lo cierto es que, "Vida y destino" cambia la vida de cualquiera que lo lea.
Homero decía que: “Los dioses tejen desgracias para que a las generaciones de los hombres no les falte qué cantar”, el siglo XX con todo su dolor es la vena donde se nutre esta monumental obra.
Como médico y terapeuta sistémico ayudo a que el “canto” que resulta en cada persona esté libre de sufrimiento en la medida de lo posible, que cada ser humano a quien yo pueda ayudar, encuentre la dignidad, la libertad y el amor, aún en circunstancias difíciles.

lunes, 8 de abril de 2019

EL ARTE DE INTERPRETAR LA REALIDAD

Interpretar es darle el sentido a algo. 

En la interpretación hay un contenido independiente que se comprende, se traduce y se expresa.
Entre los seres vivos animados, el único que interpreta su realidad es el ser humano, en ambos sentidos: por un lado, debe darle sentido a lo que vive y por otro lado debe "actuar". La actuación a su vez, tiene dos vertientes, la de "hacer algo" y la de "actuar como lo hace un actor" para poder expresar ese sentido.
Toda interpretación de la realidad con base a una cultura, es decir, actuamos de acuerdo a las tradiciones, ideas, creencias y costumbres a las que pertenecemos. Todos los acontecimientos requieren una espiritualidad que nos ayude a interpretarlos; la espiritualidad según Susan Sontag son "Los Planes, terminologías, ideas sobre cómo comportarse para resolver las dolorosas contradicciones estructurales inherentes a la condición humana".
Todos tenemos una cultura, todos tenemos una espiritualidad, es decir, todos interpretamos la realidad a nuestra manera.
Según Eduard T Hall, algunas personas son de alto contexto y otras de bajo contexto, y esto no es una categoría moral o jerarquizante, me explico. Las personas de bajo contexto se centrarán más en los datos, en la lógica y en el razonamiento; podríamos decir que son personas "prácticas"; en cambio, para las personas de alto contexto no todo es explícito, hay una meta realidad constante, lo que ocurre va más allá de lo que se ve a simple vista, o de la información objetiva. Las personas de bajo contexto, a las que les gustan los datos, y la información técnica, sin aliños afectivos, sin pensar en las conexiones con otras épocas, con otras circunstancias y prescindiendo totalmente de lo simbólico podrían correr el riesgo de ser poco empáticos. Las personas de alto contexto, las que necesitan comprender más allá de lo objetivo, podrían ser presas fáciles de teorías conspiratorias y de ponerse caóticos.
Una persona de bajo contexto interpreta su realidad "objetivamente", y sus reacciones ante las vicisitudes humanas: por ejemplo el amor, la enfermedad, la muerte, etc. son racionales
Una persona de alto contexto vive esas realidades con metáforas, con símbolos, con una interpretación que va más allá de la simple descripción del hecho. De esta manera, la muerte, por ejemplo, se entenderá no solamente como el final de un proceso biológico, sino que también será una oportunidad para darle un sentido a la realidad.
Es un arte interpretar la realidad,y es un arte vivir, porque requiere encontrar el equilibrio entre la objetividad y el vuelo espiritual que el alma necesita.
El adulto completo, sabe tomar los datos, asentir a la realidad y obrar en consecuencia, de tal manera que un adulto ya no necesita el consuelo fácil de "Todo saldrá bien", el adulto sabe que la vida es una mezcla de tragedias y alegrías, y que debemos saber respirar ambas.
En este tiempo que nos toca vivir, tenemos el privilegio de acceder a la cultura, a la belleza a través de las pantallas, de la música en nuestros reproductores de sonido.
Hoy leía que Eduardo Mendoza dijo que cuando pase el confinamiento, leeremos mucho porque habremos visto todas las series, yo no estoy tan seguro.
Cada uno a su manera puede encontrar la forma de darle expresión a la realidad que estamos viviendo, y la televisión es una forma tan válida como los libros, es parte de nuestra cultura y de nuestra espiritualidad, son estructuras que nos permiten superar la contradicción humana y llenar de sentido la realidad.

He dedicado muchos años de mi vida a ofrecer herramientas a algunos seres humanos, para que interpreten su realidad y asientan al resultado, a veces jubiloso, a veces difícil, pero siempre lleno de sentido.