martes, 27 de octubre de 2015

La vida no vale nada, "Pero sigo siendo el Rey", ¡GRACIAS!

El filósofo del pueblo mexicano JOSÉ ALFREDO JIMÉNEZ, nos enseñó que la vida no vale nada, a irnos hasta el último trago y que todos somos “El Rey”; pero ese mismo guía del pueblo escribió una bellísima canción que simplemente dice: GRACIAS “¿como puedo pagar que me quieran a mi y a todas mis canciones?”. 

No quisiera parecer petulante, pero desde niño he estado rodeado de muchos amigos, y hasta hace poco me lo explicaba por las palabras que Pedro Almodóvar puso en boca de Agrado “Porque siempre me he esforzado en agradar a la gente”, pero hace tiempo que ya no me esfuerzo y los amigos siguen estando presentes, por algo será.

Alguna vez me preguntaron -cuando era niño- ¿que quería ser de mayor? respondí tranquilamente: Niño. Como la pregunta se repitió muchas veces aprendí a decir que quería "ser bien chingón", "ser un ingeniero rico", etc. pero seguramente lo respondía para deleite de LOS adultos que me interrogaban, en el fondo de mi, quería seguir siendo niño y en buena parte lo he conseguido, aunque el espejo dibuja arrugas y canas que dicen casi cincuenta, mi espíritu y mi candidez siguen siendo las de un niño.

Tengo que matizar que decía que quería ser rico para “tener muchas mujeres”. (Aquí reservamos un espacio para las risas del público)... lo cierto es que a los cuarenta ya estamos todos casados: con una persona, con una idea, con un trabajo y en el peor de los casos con un vicio, yo me he casado con dos cosas: con mi trabajo y con mis amigos y a ambos les estoy agradecido.

Hay muchas cosas que seguramente puedo mejorar, pero soy benevolente conmigo mismo, no me gusta hacer reflexiones sobre mi vida en alguna resaca de domingo, la filósofa Agrado, dijo una gran verdad, que “Uno es más auténtico en la medida que se parece más a lo que siempre soñó” y yo me he esforzado por ser auténtico... estoy en ese camino.

Hay tantas cosas por las cuales estar agradecido, son tantas las personas a las que puedo dar gracias, que solo diré que estoy sobre todo muy agradecido con mis padres, a través de ellos recibí la vida, cuidaron de mi salud, alimentación y educación cuando era niño; siempre han confiado en mi cuando me han visto confundido en la vida, cuando he tenido momentos muy difíciles me han ofrecido sus brazos y su consuelo, mi padre me llevó a inscribirme a la facultad de medicina, sin duda la cosa más importante de mi vida. Las cosas más importantes como padres las han hecho muy bien.

Muchas gracias a quienes se han alegrado de que yo esté vivo.

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