martes, 7 de octubre de 2008

Paul Auster


Paul Auster se ha convertido en los tiempos recientes en un clásico contemporáneo, su peculiar universo onírico e inconsciente se va revelando poco a poco en cada uno de sus libros, y aunque cada uno de ellos se presenta como una obra acabada, siempre tienes al sensación de asistir a la epifanía de una mente creativa en constante ebullición. Cierto es que a veces tienes la sensación de estar leyendo lo mismo: historias de coincidencias, personajes encerrados, nihilismo existencialista, etc. y sin embargo cada libro nuevo es capaz de sorprenderte. Por mi parte me he acostumbrado a la frase “Efecto Paul Auster” para referirme a las múltiples coincidencias y hechos sorpresivos que han rodeado mi vida.

Leí de un tirón “La invención de la soledad, un libro que Auster escribió el mismo día en que murió su padre, es una especie de reflexión sobre su relación con su padre, un libro intimista, respetuoso pero al mismo tiempo descarnado, un buen libro para que cualquier persona reflexione sobre la relación con su padre; solo equiparable al libro de Philip Roth “Patrimonio” que narra la relación del escritor con la enfermedad terminal de su padre.

Ayer en Barcelona Paul Auster presentó su último libro “Un hombre en la oscuridad”, y también dijo que votará a Obama “por su carácter "reflexivo" y porque es capaz de aguantar la "colosal presión externa" a la que se ve sometido por el hecho de ser el primer candidato negro. Dijo que admira profundamente a Obama, "por su inteligencia aguda, por saber mantener la calma y la cabeza muy fría, incluso en situaciones de mucha presión, y si pierde será solo por el color de su piel”

Este es el Auster al que estamos acostumbrados, aquel que hace un año dijo que no tenía nada más que publicar y que –al igual que sus personajes- entra en crisis y se reinventa; un hombre y un escritor coherente.

Le preguntaré al Dr. Freud si el hecho de que sea de la edad de mi padre, explique la admiración que le tengo.

FELIZ MARTES

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