viernes, 10 de julio de 2009

El color del verano 6


El día comenzó como cualquier otro, con unas neuronas hambrientas de cafeína, dicho sea de paso es uno de los momentos que más disfruto, la soledad de mi habitación por la mañana, delante de mi ordenador con mi taza de café, tanto, que hasta me he hecho un mantra para los momentos malos (tengo muchos mantras): “¿por qué no son las 8, por qué no estoy tomando mi café?”


Llegamos a una playa barcelonesa que parecía la extensión de una residencia para ancianos. Al pasar la mañana había de todo, un grupo de “bears” incluido y nuestra referencia inevitable a “los sexoadictos” del John Waters.

De regreso escuchamos CRI CRI, el grillito cantor, que le ha cantado a muchas generaciones de niños mexicanos, y entre cantos y risas disipamos cualquier atisbo de nostalgia.


Paella (¡Viva España como no!), vino tinto, foto sudorosa en la máquina, muchas risas, complicidad pura.


Todo eso, hace unos tres veranos

1 comentario:

Anónimo dijo...

Para mí la primera hora matinal también es uno de los espacios más agradables del día:

http://podi-podi.blogspot.com/2009/05/la-manana.html

¡Un saludo!

podi-.