Estoy enamorada, me dijo, y es que él es tan guapo.
Minutos antes la había visto subir la escalera pasito a pasito, como si un gran examen vital hubiera entre un peldaño y otro, a tres metros de distancia me dijo efusivamente ¡cuánto tiempo sin verte!, de hecho nunca me ha visto. Robusta y alta, con una melena y una mirada clavada en el infinito que le imprimen fiereza en la facies.
Tiene fama de guerrera en los juzgados, la llaman “La Lucio Craso”, "el más elocuente de los jurisconsultos".
Hoy estoy especialmente feliz, he ganado una querella en la sala penal porque mi cliente ¡es inocente!, y al decirlo su dedo índice trazó una línea férrea paralela a su perdida mirada.
Yo les digo a mis clientes que si mi condición les asusta, que se busquen otra abogada, pero que si ponen su confianza en mi, y el caso es de ganar, seguro lo ganaremos. Porque mira, yo no tomo casos perdidos, tendré 29 años pero desde que litigo me propuse sólo llevar casos en los que se puede ganar, que no pierdan su tiempo los perdidos.
Su vestido blanco apenas la contenía, cuerpo exultante por todos sitios: labios carnosos, senos avasalladores, piernas gruesas, cadera amplia y manos que hablaban tanto como sus palabras.
Pero dime ¿porque te parece guapo tu novio?.
Tiene una cara tan angulada, que no me canso de pasar mi mano por su rostro. Sus cejas son perfectas, su nariz se asemeja a una pizca de sal en mis manos. Sus labios, sus brazos, su cuello, su olor, todo, todo... estoy enamorada.
¡Es tan delicado conmigo! Es el hombre que todas las mujeres quieren, detallista y varonil a la vez, fuerte como un roble y tierno cuando me va a venir la regla.
Si le pido que me sostenga y me abrace por una hora seguida lo hace, a pesar de las cosquillas que le provoco.
Cuando me besa ora es dulce, ora salvaje... Estoy enamorada.
Me dicen que tiene los ojos bonitos, eso nunca lo sabré.
Estás enamorada mi querida abogada ciega.
Feliz día del amor y la amistad
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