lunes, 9 de agosto de 2010

ZAGREB PARA TURISTAS


Es llamada la pequeña Viena, hemos ido y vuelto en un mismo día desde Ljubljana, y aunque tengo la sensación de haber ido a un parque temático, no porque la ciudad esté montada de esa manera, sino porque al tener pocas horas, hemos ido con lista en mano de las cosas imprescindible para ver en un día en Zagreb.

Ha sido un viaje muy agradable pues el tren transcurre en medio de bosques y rodeando el río Sava, con unos paisajes bucólicos difíciles de describir: casitas al lado del río, montañas, una vegetación boscosa exuberante, etc.

Solo llegar a la estación de trenes, denominada como Glavni Kolodvor, se puede ver la estatua y plaza del rey Tomislav, impresionante recibimiento de esta majestuosa ciudad, siguiendo por la calle Praska, se llega a la plaza ban Josip Jelacic, dominada por el monumento del mismo personaje sobre un caballo.

Visita obligada es la catedral y los mercadillos que se encuentran en su cuesta. Da un aire de libertad el espacio que ocupa la plaza de la catedral con una virgen dorada. Esta plaza es solo el preámbulo de la magnificencia que esta ciudad ofrece. Pues después de una gran cuesta encontramos la joya real de Zagreb: La iglesia de San Marcos de techo colorido con los escudos de la ciudad de Zagreb y el Reíno medieval de Croacia, Eslavonia y Dalmacia. Aquí también veremos el Palacio del Gobierno y Sabor, el parlamento croata. La Plaza de San Marcos es el centro político de Croacia.

En la parte baja de la ciudad encontramos el teatro nacional croata (Hrvatsko narodno kazaliste) de colores amarillo y blanco, influencia notable del imperio austrohúngaro, rodeado por bellos jardines y el suficiente espacio para observarlo por entero desde los cuatro ángulos.

Un intenso calor nos empujó a disfrutar de la frescura del pequeño jardín botánico, antes de encaminarnos hacia la estación de trenes, para emprender el regreso hacia Ljubljana, sorteando los simpáticos tranvías azules que mueven esta ciudad casi un millón de habitantes.

Cuenta la leyenda que si te acercas a las fuente Manduševac, y arrojas una moneda, seguramente volverás a Zagreb, nosotros no hemos tenido tiempo de ir a la fuente, sin embargo, tengo ganas de volver algún día, faltan muchas cosas por ver y mucha historia por respirar.

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