Una de mis rutas habituales con la bicicleta de camino a la playa pasa al lado del Museo Marítimo de Barcelona, en días pasados vi un enorme cartel que llamó poderosamente mi atención: Rusia, SXX. Presenta más de un centenar de obras de artistas del siglo XX que reflejan la vida cotidiana de Rusia, desconocida para el gran público a causa de las circunstancias históricas de este país.
El objetivo de esta exposición es dar a conocer la obra de algunos pintores rusos contemporáneos. Es un homenaje a todos aquellos artistas que han sabido plasmar en sus obras inéditas la intimidad y los sentimientos del pueblo ruso.
Tengo una reciente fascinación por la cultura rusa: desde hace años por su literatura, y muy recientemente por su arte, que debido a la censura del régimen soviético ha estado desconocido para el resto del mundo, pero también porque algunos artistas soviéticos quisieron que su obra fuese patrimonio del pueblo Ruso; un ejemplo Pavel Filonov quien a pesar de estar censurado por el régimen soviético, nunca quiso vender ni una sola de sus pinturas a los coleccionistas extranjeros.
Pienso que el poder siempre tiende a homogeneizarnos, lo mismo se trate del comunismo, que del salvaje neoliberalismo, pretenden que estemos todos sometidos, todos iguales, todos sin pensamientos propios. Afortunadamente los seres humanos sabemos superar la hegemonía impuesta gracias a nuestras relaciones con otros seres humanos y a muchas actividades que nos devuelven la dignidad como individuos, entre ellas el arte.
FOTO: Niña leyendo, de Pavel Shardakov
No hay comentarios:
Publicar un comentario