Últimamente escucho a muchas personas que sufren por celos.
Los celos siempre son injustificados, cuando son justificados se llaman “cuernos”.
¡Vaya veneno la experiencia de los celos!, ¡Qué insoportable es vivir con ese tormento!, es un dolor tremendo tener la sensación de que están jugando sin ti, de que no eres el objetivo principal del amor, que pena es tener más amor propio que amor.
Sin duda los celos son una enfermedad, Shakespeare decía que “Ligerezas como el aire son para el celoso fuertes confirmaciones, como un testimonio de las Sagradas Escrituras.”
El amor es una “intimidad compartida”, es por ello que hay muchos tipos de amor, el tipo de intimidad que tenemos con las personas que amamos tiene muchas variantes, hay momentos íntimos que podría ser que no los compartes precisamente con tu pareja: alguna pasión deportiva, complicidades con tus hermanos, conversaciones con algún amigo que nadie podría superar, etc. y sin duda es con tu pareja con quien compartes el mayor tipo de intimidades (pero no todas).
El celoso debería de saber que el amor es como la música en una sala de conciertos, puede inundar la sala y nadie se tiene que salir.
Son celos cierto temor
tan delgado y tan sutil,
que si no fuera tan vil,
pudiera llamarse amor.
Lope de Vega
FOTO: ya falta poco para “Girona temps de flors”
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