El verano está dando señales de querer marcharse, antes de que se vaya le quiero dedicar la palabra lujuria.
Prefiero la palabra Lujuria antes que la palabra sexo! Porque “sexo” es una anti-palabra para el alma; le falta la profundidad, la pasión plena, el conocimiento del otro....
La palabra LUJURIA, ¡tiene fuerza! Evoca el movimiento, el ardor, la pasión, el agarre, el entrelazamiento, el impulso, el clímax y la relajación dichosa. Comparado con estos ardores, el sexo es frío y se parece a la comida rápida frente a un manjar exuberante.
La Lujuria es vida, abrumadora por su fuerza y fértil en cualquier aspecto, trasciende con creces lo personal, lo egocéntrico; está fuera de control, es rebosante porque la lleva y guía algo más grande. En la LUJURIA se regocija el alma.
En el verano, esplende la lujuria.
La palabra LUJURIA, ¡tiene fuerza! Evoca el movimiento, el ardor, la pasión, el agarre, el entrelazamiento, el impulso, el clímax y la relajación dichosa. Comparado con estos ardores, el sexo es frío y se parece a la comida rápida frente a un manjar exuberante.
La Lujuria es vida, abrumadora por su fuerza y fértil en cualquier aspecto, trasciende con creces lo personal, lo egocéntrico; está fuera de control, es rebosante porque la lleva y guía algo más grande. En la LUJURIA se regocija el alma.
En el verano, esplende la lujuria.
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