lunes, 17 de agosto de 2009

SOBRE LA FOTOGRAFIA


La gran Susan Sontag, escribió hace ya 30 años una obra que es considerada fundamental –y para algunos la mejor- sobre fotografía. Interesante, pues Susan Sontag no es fotógrafa, cierto es que fue pareja desde los 80 de la reconocida fotógrafa Annie Leibovitz. Es la premisa básica para mis posteriores reflexiones sobre la fotografía.


¡Amamos la fotografía! Sobre todo porque es la mejor defensa contra el inexorable paso del tiempo, es una metáfora de nuestro fatalismo de persistencia. Nuestras fotografías hablan del escenario que hemos elegido para eternizar nuestra realidad, o quizás uno de los vehículos para dialogar con lo perenne. Es asimismo, la constatación de que hay una salida a la caverna platónica y su mundo de sombras.


Delante de una cámara sonreímos, evidenciamos nuestra seriedad, a veces nuestra excentricidad; pero sobre todo descubrimos muchas veces un atisbo del soplo vital que llevamos dentro.


Mediante la fotografía vamos conociendo poco a poco nuestra peculiar relación con la luz, pues es un milagro que un fenómeno físico que en el fondo son infinitas combinaciones de luz emancipen de nuestro interior emociones y sensaciones.


Con la fotografía le vamos robando su intimidad al mundo... y también a las personas.


Existe una frase del pueblo mexicano que reza: “El retrato es pa’ tus ojos, el original pa’ ti”. Ateniéndonos a la semántica mediante la cual las imágenes son un intento de captar la eternidad, y los ojos como espejo del alma, podríamos decir que la imagen pertenece al mundo arquetípico de lo eterno, una vez captada una imagen podemos estar seguros de tocar la eternidad: Una imagen es para siempre


Es conocida la aversión de muchas personas a que les tomen foto: “¿no ve que la foto me roba el alma?”. Más allá de lo ontológico o no del planteamiento, hago una reflexión analógica a una aversión que tengo a convertir lo fotográfico en algo banal, trivial y más efímero que nunca. ¡Cualquiera hace una fotografía!.


Un hecho fascinante sin duda es que la fotografía está condicionada por la mirada del fotógrafo, tal como ocurre en la física cuántica, donde el observador influye en el objeto observado, la nueva física es más orgánica y holística; pinta una imagen del universo como un todo unificado, cuyas partes están interconectadas e influyen unas sobre otras, analógicamente en la fotografía hay un todo unificado entre el que piensa la foto, quien hace click en el obturador y el objeto mismo retratado.


Algunas de mis fotos que más me gustan, las hizo esta mujer que aparece a mi lado en Marrakech, no es fotógrafa, pero es pintora y con una sensibilidad exquisita para la estética.


¡Amamos la fotografía!

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿En cuántas fotografías debemos de aparecer?

Únicamente controlamos las de nuestras cámaras y sabemos que estamos en las "fotos" que algunos amigos nos han hecho, pero... ¿Todas esas fotos que "otros" hacen y que casualmente recogen nuestra imagen porqué pasamos por allí en aquel momento? (turistas fotografiando un monumento y nosotros de fondo que vamos a algún sitio, miles de fotos ruedan por el mundo en las que nosotros tan solo formamos parte del escenario, como si de un extra se tratara).

podi-.