domingo, 30 de agosto de 2009
LABOR IMPROBUS VINCIT OMNIA
Existe una felicidad que es legítima, cuando tenemos lo que queremos y ocurre lo que deseamos, pero hay otra felicidad aún más profunda.
Existe la sabiduría del que sabe mucho y sabe de todo, y existe un sabio que sencillamente ha dejado de sufrir.
Existen los milagros extraordinarios, aquellas grandes sorpresas que valoramos como si de una intervención divina se tratara, pero también existe el milagro ordinario de ocupar el sitio que nos corresponde, hacer lo que toca, asentir a la realidad como aparece y todo ello con la alegría como música de fondo.
Existen los corazones mezquinos, pero también laten corazones en personas buenas, y he tenido un día entero para comprobarlo.
En madrugada de domingo, con alegría y con la tarjeta de embarque impresa para mañana por la mañana, dice: MENORCA
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