lunes, 8 de marzo de 2010

UN POCO DE NIEVE


Como muchas cosas que hay en mi cabeza, no se si fue verdad, lo soñé o simplemente me lo imaginé, pero estoy convencido de que cuando tenía cuatro años, nevaba en San José de Llanetes, mi madre partía una piña y tenía una falda de cuadros verdes, sería fácil constatarlo, pero son miles de imágenes, recuerdos, fantasías que tendría que corroborar, que agobiaría a mis pacientes padres.

Pocas veces había visto nevar en mi vida, unas tres hasta antes de que viajara con frecuencia a Chicago. Curiosamente cuando viajo en invierno a Chicago, disfruto del paisaje blanco de esa bella ciudad, pero no me sorprende tanto, me impactó mucho más la nevada de Zacatecas en diciembre de 1997.


Las personas que viven en Berlín, en Nueva York, en Praga, etc. tan acostumbrados a la nieve, esbozarán una sonrisa al ver el encanto que nos provoca ver que Barcelona es azotada –o acariciada depende de tu estado de ánimo- por la nieve, y aunque la ciudad se colapsa un poco –no está preparada para estas contingencias- la gente en general se lo toma con alegría.


Al menos hoy tengo la seguridad de que en Barcelona ha nevado, dentro de veinte años tendré que consultar si solamente lo soñé.

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