domingo, 29 de noviembre de 2009

FATALISMO DE PERSISTENCIA


El sabio mexicano Proceso Sánchez Ortega, hablaba con frecuencia del“fatalismo de persistencia” inherente a todo ser humano, es decir, la mezcla molecular que somos, así como los pensamientos, sensaciones, emociones, etc. se organizan de la mejor manera para conservarnos vivos.

En la enfermedad los síntomas se convierte en esfuerzos que hacemos para regresar al equilibrio, movidos por esa inercia hacia la vida y la unidad. Ese mismo fatalismo lleva a los niños a comprobar su existencia con detalles tan simples como rascarse o jugar con sus genitales, o mueve a los adultos a que busquemos esa cosa tan simple que se llama felicidad.

El fatalismo de persistencia nos hace relacionarnos con otros seres humanos y nos permite al mismo tiempo sentirnos cómodos dentro de nuestra piel... y entonces podemos comprobar que lo que realmente le da sentido a nuestra vida es ese fluctuante equilibro entre nuestra soledad y las relaciones con otros seres humanos.

Estos días pude abandonar mis persistentes reflexiones, pues el fatalismo de persistencia me permitió disfrutar de dos de las mejores cosas que me dan vida: amigos y Barcelona, unos días agradables con sabor Zacatecano y una enésima comprobación de lo bella que es esta ciudad.

FOTO: Ayer la Barceloneta no entendía de elucubraciones y disquisiciones, el sol era el escenario donde amigos entrañables disfrutamos de una exquisita paella.

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