martes, 20 de enero de 2009

Una ilusión espartana



Hoy le damos la bienvenida a Barack Obama delante de quien sostenemos la ilusión, eso si de manera espartana y sin demasiadas ilusiones; los océanos no se partirán en dos, los panes no se multiplicarán y mucho menos Lázaro se levantará de su tumba.


Celebramos su llegada al poder más como un homenaje a esa parcela del corazón humano que aún tiene la esperanza como veleta, que aún confía en que ese ser que ha hecho poesía con sus palabras, que ha construido prodigios con sus manos y sobre todo que ha sabido amar.


Despedimos una época sombría, un medioevo en el sentido más peyorativo, una tácita cruzada cuyo objetivo fue la conquista del mercado y especialmente del petróleo; una época de hegemonía mesiánica del hombre blanco de moral ambivalente, cuyo ridículo blasón fue la “lucha contra el terrorismo”, y que sumió al ser humano en una terrible e insoportable desesperanza.


Pero el ser humano sabe renacer, construye desde las cenizas.


Bienvenido, Barack Obama, la humanidad tiene un sueño.

1 comentario:

Fran Rueda dijo...

Tú lo has dicho, igual que M. Luther King, la humanidad tiene un sueño, y se llama vivir en paz.

Ojalá que con Obama, avancemos en ese sentido.

Besotes,

Entrellat