A veces la lectura me hipnotiza y recuerdo con mucho afecto algunos momentos de mis libros preferidos: el estado hipnótico en el que me dejó “Siddartha” de Herman Hess, re leer en una cola de extranjería y de un tirón “Cien años de soledad”, apropiarme de todos los reproches de Wilde en su libro “De profundis”, etc. y mi pasión por la lectura se hace cómplice de mi poco dormir, pues a veces soy capaz de despertarme de madrugada a continuar un libro.
Hace días me regalaron algunos libros entre los que destaca: “Absalón, Absalón” de Faulkner y “Tokio Blues” de Murakami. Empecé ambos a un tiempo, la edición de “Absalón Absalón” en papel satinado de lujo me resultaba agradable al simple tacto ya no digamos el universo Faulkner, quizás porque “Tokio Blues” lo tenía pendiente, decidí llevarlo al viaje de Edimburgo y aprovechar las largas horas de trayecto Barcelona – Girona; Glasgow – Edimburgo, más el trayecto aéreo.
A medida que avanzaba en la lectura una dulce sensación de soledad me invadió y me embarqué junto al protagonista en el viaje que desde mi punto de vista es el más peligroso y fascinante de todos: las relaciones humanas, teñidas de amistad, amor, sexo, locura, soledad, familia... y en un mundo que me parece tan distante: Japón.
Murakami escribe una oda hipnótica a la soledad y a la música; al triste juego del sexo y a la locura...
En este estado hipnótico recorrí las viejas calles de Edimburgo la tarde que pude pasear en solitario, esa tarde me aferré a la sensación de ausencia, la perfecta combinación de viento y frío ayudaban a ver aún más distante mi adolescencia y el mundo que me rodeaba cuando empecé a leer, esa sensación se extendió incluso a mi vida en Barcelona, es decir me sentía desconectado de la ciudad y me alegraba porque de vez en cuando vale la pena ver lo que amas con un poco de distancia.
Hace días me regalaron algunos libros entre los que destaca: “Absalón, Absalón” de Faulkner y “Tokio Blues” de Murakami. Empecé ambos a un tiempo, la edición de “Absalón Absalón” en papel satinado de lujo me resultaba agradable al simple tacto ya no digamos el universo Faulkner, quizás porque “Tokio Blues” lo tenía pendiente, decidí llevarlo al viaje de Edimburgo y aprovechar las largas horas de trayecto Barcelona – Girona; Glasgow – Edimburgo, más el trayecto aéreo.
A medida que avanzaba en la lectura una dulce sensación de soledad me invadió y me embarqué junto al protagonista en el viaje que desde mi punto de vista es el más peligroso y fascinante de todos: las relaciones humanas, teñidas de amistad, amor, sexo, locura, soledad, familia... y en un mundo que me parece tan distante: Japón.
Murakami escribe una oda hipnótica a la soledad y a la música; al triste juego del sexo y a la locura...
En este estado hipnótico recorrí las viejas calles de Edimburgo la tarde que pude pasear en solitario, esa tarde me aferré a la sensación de ausencia, la perfecta combinación de viento y frío ayudaban a ver aún más distante mi adolescencia y el mundo que me rodeaba cuando empecé a leer, esa sensación se extendió incluso a mi vida en Barcelona, es decir me sentía desconectado de la ciudad y me alegraba porque de vez en cuando vale la pena ver lo que amas con un poco de distancia.
Duró poco la sensación, mientras me regodeaba en la nostalgia encima de un puente de Edimburgo una mano tocó mi espalda, y me dijo "Hola Vicente, ¿Que haces aqui?".
El mundo global no deja espacio para la hipnosis ni para la nostalgia, aún y así agradezco a quienes me regalaron TOKIO BLUES.
2 comentarios:
Hola,
soy Olmo, el hijo de Josefina, de Menorca. Hace tiempo que mi madre me aconsejó tu blog, y aunque este es mi primer comentario, hace tiempo que te sigo. Yo también tengo un blog, y hace un tiempo publiqué una entrada sobre libros. El enlace es:
http://lacomunidad.elpais.com/desde-algun-lugar-del-mediterraneo/2008/8/6/libros-aconsejables-i-
Te lo paso porque yo también soy un apasionado de Murakami.
Saludos menorquines
Hola Olmo, pues tu madre me ha dicho que tu blog es muy bueno, no se si estoy escribiendo en el tuyo o en el mio, en todo caso te buscare
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