Cuando era profesor de adolescentes, y me encontraba a algún chico o chica con dificultades académicas o de cualquier tipo, le proponía el “juego” de solucionar sus asuntos “visualizando” a sus padres detrás de ellos dándoles soporte.
Era evidente que no todos llevaban buena relación con sus padres, que incluso algunos padres estaban ausentes o habían muerto. Pero les hacía ver que en el fondo los padres eran transmisores de la vida y que cuando pasaran cientos de años todas las cosas vividas –o no vividas- con ellos serían una anécdota y el “soplo vital” continuaría generación tras generación.
Un hecho tan simple como percatarse que le vida viene de lejos y que asintiendo a los padres en el fondo se asiente a la vida, suele traer agradables sorpresas. Recuerdo con afecto a aquel adolescente con serias dificultades que pudo evolucionar académicamente si le ponía dos sillas vacías detrás de él en los exámenes.
Por ello fue una gran sorpresa el libro de Marianne Franke Gricksch, ERES UNO DE NOSOTROS, donde narra con maestría y emoción su experiencia como profesora con niños difíciles.
Te propongo el juego de que en esa dificultad que tienes entre manos, ese asunto que tienes que resolver, lo hagas visualizando la fuerza de tus padres y tus ancestros detrás de ti. No pongas el ojo en las anécdotas vividas –o no- con tus padres y familia, simplemente hazlo sin pensar.
A veces la gente se ríe de estas cosas “ridículas” y no son capaces de ver la ridiculez que los rodea sin proponérselo.
FOTO: Mis padres posando para mi en el metro de Barcelona
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