miércoles, 24 de junio de 2009

Un suicidio bizarro


El bisoño doctor Mateos disfrutaba con prístina perplejidad pueblerina, la imagen de sí mismo plantado en la gran Manzana, en el ombligo del mundo.

Quedó para comer con amigos en un restaurante peruano de la calle Primera esquina con la noventa, como tenía tiempo, aprovechó para dar un paseo por el mítico Harlem, todo le sorprendió: las montañas de basura, la alegría robada a muchos rostros que como sombras colgaban de unos bultos caminantes. Un toque de picardía fue ver la cola de mujeres negras bajo el intenso calor para entrar en una mítica peluquería de la cual salían las mujeres negras con unos peinados, uñas y porte que envidiaría la misma Diana Ross.

El ataque al pollo fue inmisericorde, es que los turistas al estar fuera de casa afianzan la casa personal que es el cuerpo y no hay michelines que cuidar, ni régimen que respetar,


El doctor Mateos pueblerino y todo siempre ha estado atento al NY Times así que le sorprendió que en la portada de esa mañana el titular fuera:“A bizarre suicide“ pues al parecer la modelo de moda apareció muerta en su bañera con ligeros rasguños en las muñecas, con un frasco cerrado de valium en la silla, y un libro de Sandor Marai en las manos. Tenía los ojos abiertos y con facies plácida, el doctor Mateos pensó: “el destino al descubierto”


Al mirar su correo electrónico (podemos resaltar el hecho de que el pueblerino doctor Mateos es adicto al internet). No tenia correos, nadie le había escrito en su blog así que para hacer un poco de tiempo entró a ver el diario de su pueblo. “Un extraño suicidio” decía el titular, hablaba de un hombre que se había dado un tiro con un escopeta de caza,
Fue así como –en su primer viaje a Nueva York- el doctor Mateos se enteró del suicido de una modelo que no le importaba y de un paciente que por fin fue noticia en el periódico del pueblo.

- - - - - - - -> Camino a Nueva York

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