jueves, 17 de julio de 2008

Exvoto 3


Virgen de la Mercè, ya no se bien en lo que creo. Lo cierto es que me dirijo a ti para que veas mi cara de contento. Pero también te confieso que tengo en mi billetera a la virgen de Guadalupe, justo al lado de “green tara” de los Budistas y que yendo hacia tu santuario me he equivocado y he llegado a la Iglesia de “Santa María del Mar” esa que hicieron los humildes pescadores de Barcelona.

Empecé a preparar aquel durísimo examen el mismo día que te puse velas por mis amigos que buscaban trabajo, por los que estaban tristes, por los que no podían tener hijos, por los que estaban enfermos, etc. y lo cierto es que al paso del tiempo, aprobé las oposiciones, muchos de mis amigos tristes ya no lo están, los que buscaban niños están en el camino.... muchas buenas noticias para agradecer y celebrar, como soy un lúdico insaciable y me resisto a aburrirme te pido que no tarden mucho en conocer mis palabras el dulce sabor dela tinta de una imprenta.

Yo no perderé la costumbre de ir a tu santuario a meditar sobre las personas que quiero, y como ya casi no se rezar, lo que se me ocurre es cantar. Suerte que en tu Iglesia no estaba ni “dios” así que pude cantar un trocito de aquella canción que dice:

Soy feliz, soy un hombre feliz
y quiero que me perdonen
por este día los muertos
de mi felicidad.

La embriaguez de la felicidad hace que todo me parezca agradable, hasta el “talante” administrativo ha mejorado, pues esta mañana después de pasar por tu santuario he comprobado que las colas de los inmigrantes son ágiles y que el personal es amable.

Virgen de la Mercè, a través de ti agradezco al UNO que vigila y cuida de lo múltiple; a través de ti me siento perteneciente a esta ciudad y a este pueblo catalán que tiene mediterráneo en lugar de brazos. A través de ti también agradezco al fondo último de la vida, desde donde vengo: mis padres, mis abuelos, bisabuelos, etc. hasta donde se haya iniciado todo esto.

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