Es evidente que la ciencia médica ha avanzado a pasos agigantados en los últimos años, y seguramente es apenas un atisbo de lo que la humanidad verá, la genética es un epítome de lo que hablo.
Sin embargo, es importante que todos los avances médicos no nos impidan reflexionar y criticar –en el sentido Kantiano- lo que damos como hechos inequívocos. No debemos olvidar que todavía hace poco Francia compraba cada año más de treinta millones de sanguijuelas con el propósito de practicar sangrías contra la neumonía, la melancolía, el reumatismo, la apoplejía, los huesos rotos, los nervios deshechos, los dolores de cabeza, etc. y era un tratamiento (junto con otras prácticas que ahora nos parecen pueriles y obsoletas) que se consideraba plenamente científico.
¿Quién nos asegura que muchas de nuestras prácticas actuales no serán motivo de risa en el futuro?
FOTO: Esculapio de Empuries
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