miércoles, 21 de mayo de 2008

Príncipe de Asturias para las Orquestas Venezolanas


Perdone usted que insista, pero es muy difícil encontrar interpretaciones magistrales y pasión al mismo tiempo. Incluso una pizca de espectáculo, porque el hecho de tocar trozos del Mambo de Bernstein literalmente bailando, le imprimía un toque soberbio, exultante.

Estoy hablando del concierto con la Orquesta Sinfónica Juvenil “Simón Bolívar”, a la cual le han otorgado hoy el premio “Príncipe de Asturias”

Fue en enero cuando pude asistir al concierto que dieron en Oviedo.

Desde los inicios del concierto con la Séptima de Beethoven pudimos enterarnos los asistentes que en la sala había consonancia: del director con su orquesta, de cada músico con los otros doscientos, del público que en silencio asistía a una interpretación perfecta y emotiva a un tiempo.

¿Cuánto tienen por aprender las rancias escuelas europeas exageradamente académicas –y muchas veces magistrales en la interpretación- pero carentes de alma?, ¿cuándo seremos capaces los latinoamericanos de imprimirle disciplina a nuestra alma efusiva? La Orquesta Sinfónica de la Juventud Venezolana es las dos cosas, se erige como una de las más importantes del mundo en cuanto a excelencia interpretativa se refiere, y la mejor vestida -anímicamente hablando-.

Gustavo Dudamel tenía una batuta que en ratos era guía marcial que le recordaba a sus músicos la exigencia, en otros momentos era una fábrica de sueños. El adagio de la Quinta de Chaikovsky consiguió que mi respiración, las notas y quizás mi metabolismo entero, fueran una sola cosa.

Sus movimientos felinos, su mirada incisiva, la gesticulación constante donde predominaba la sonrisa; una mano izquierda que era garra, brújula y veleta. Sobre todo su cabellera en constante jugueteo que te recordaba que la música es eso, modulación del viento.

Perdone usted que insista pero no siempre se tienen confirmaciones de que el hombre es espíritu y cuerpo que se entienden.

Perdone usted que insista pero hay preocupación de que la música clásica no tiene futuro, que falta interés, creo que lo que falta es gente que disfrute la música como los chicos de Dudamel.

http://www.youtube.com/watch?v=6yjCFnKuBJQ

http://es.youtube.com/watch?v=PgcrLj2DAkM&feature=related

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