Julio Cortázar. Rayuela (Capítulo 7) (Porque es poesía dentro de una
novela)
Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si
saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta
cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca
que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida
entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en
tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu
boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.
Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al
cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan
entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las
bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando
apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va
y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse
en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos
como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de
fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un
breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es
bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento
temblar contra mí como una luna en el agua.
(De Rayuela, 1963)
El Argentino Julio Florencio Cortázar nació en Ixelles, Bélgica el 26 de agosto de 1914
y falleció en París, Francia el 12 de febrero de 1984.
1 comentario:
Lo tengo en la estantería entre los libros por releer. Lo leí hace unos 15 años ya y no lo he vuelto a releer...
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