viernes, 3 de diciembre de 2010

ESTOY PREPARANDO UN DISCURSO


En días pasados me regalaron el reciente libro de Gabriel García Márquez “Yo no vengo a decir un discurso” un título original y paradójico, pues justamente se trata de una selección de discursos que el Nobel Colombiano ha proferido a lo largo de su vida, desde los 17 años hasta nuestros días.

La exuberante prosa de Gabriel García Márquez cede paso a reflexiones sobre la amistad, sobre América Latina, sobre el país que eligió para vivir y escribir sus obras: México. En mi caso me resulta siempre muy agradable leer y releer el discurso que dio en mi tierra, en Zacatecas en el año 1997 con motivo del primer congreso internacional de la lengua española, y en el cual pide se jubile a la ortografía –entre otras cosas-. Habla del español como una lengua que desde hace tiempo no cabe en su pellejo. Pero nuestra contribución no debería ser la de meterla en cintura, sino al contrario, liberarla de sus fierros normativos para que entre en el siglo venturo como Pedro por su casa.


“La lengua española tiene que prepararse para un oficio grande en ese porvenir sin fronteras. Es un derecho histórico. No por su prepotencia económica, como otras lenguas hasta hoy, sino por su vitalidad, su dinámica creativa, su vasta experiencia cultural, su rapidez y su fuerza de expansión, en un ámbito propio de 19 millones de kilómetros cuadrados y 400 millones de hablantes al terminar este siglo. Con razón un maestro de letras hispánicas en Estados Unidos ha dicho que sus horas de clase se le van en servir de intérprete entre latinoamericanos de distintos países. Llama la atención que el verbo pasar tenga 54 significados, mientras en la República de Ecuador tienen 105 nombres para el órgano sexual masculino, y en cambio la palabra condoliente, que se explica por sí sola, y que tanta falta nos hace, aún no se ha inventado”.


Un libro delicioso lleno de discursos.


A mi me gusta preparar discursos para las cenas entre los amigos, ¡Pobres tienen que aguantar mis palabras, algunas veces intencionadamente cursis!.


Queridos amigos, prepárense, estoy escribiendo el próximo discurso.

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