Estaba leyendo la biografía de Evariste Galois y confirmé una vez más que los espíritus que son a un mismo tiempo veleidosos, atormentados, apasionados, pero por encima de todo genios, me producen una especial fascinación, porque a pesar de sus vicisitudes personales el aporte a la humanidad permanece incólume.
Evariste Galois, tiene tan solo 20 años, y está recluido en su habitación, resuelve problemas matemáticos, mañana es el duelo y quizás lo maten, si así fuera, no tendría más oportunidades.
Antes de ese día es un ardiente republicano, un genio que a los 17 años resolvió problemas matemáticos antológicos, por ejemplo que un polinomio puede resolverse por radicales, y sin duda, lo más fascinante es que los sistemas de navegación por satélite actuales (como los GPS) son posibles gracias a su teoría. Me sobrecoge pensar que quizás un GPS “existencial” le hubiese permitido solventar mejor su carácter irascible... aunque quizás delante del destino no hay GPS que funcione.
Su vida política lo llevó varias veces a la prisión y finalmente al duelo que le costó la vida. Duros golpes, sobre todo el hecho de que la academia francesa haya rechazado su trabajo.
Sus últimas palabras;
A su hermano Alfredo: “¡No llores! Necesito todo mi coraje para morir a los veinte años”.
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