sábado, 19 de junio de 2010

PARIS


Difícilmente se puede hablar de París y no caer en lugares comunes, es una ciudad universal de belleza inefable y de un protagonismo indiscutible en la historia, el arte, la música... el cine.

Mi pasión literaria me hacer recordar que fue allí donde Hemingway escribió entre 1921 y 1926 “París era una fiesta”, que F. Scott Fitzgerald vivió en Montparnasse y que George Orwell describió su vida llena de penurias Parisina.

Samuel Becket se mudó a París en 1926 y vivió allí hasta su muerte en el año de 1989, lo mismo hicieron Albert Camus y Milán Kundera.

En París han vivido Leibnitz, Cortázar, Faulkner, Voltaire, Rousseau, Victor Hugo, Emile Zola, Julio Verne, Alejandro Dumas, Jean Paul Sartre.

Mis incursiones Parisinas han sido breves pero llenas de sentido, fue allí donde conocí a uno de los amigos más entrañables, y es allí donde le puedo rendir mi homenaje personal del doctor Samuel Hahnemann en el cementerio de Pere Lachaise.

Hoy vuelvo a París con muchas ganas de seguir llenando de sentido a la vida, pues lo hago con la mística de la amistad.

Ayer cuando el mundo cultural se volcaba en la noticia de la muerte de Saramago era inevitable buscar sus palabras, recordar el azoro que sus libros han provocado en mi y en algunos de mis amigos, sus palabras nos provocaron angustia pero también hicieron que renaciera en nosotros la bondad.

Una de las frases que más me han impactado de él es: "Dios es el silencio del universo, y el ser humano el grito que da sentido a ese silencio".

Hoy cuatro amigos, cuatro seres humanos se transformarán en gritos sobre el universo llamado París.

GABRIEL: Felices 30 años, la sorpresa es: PARIS

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