lunes, 11 de enero de 2010

LHASA DE SELA



Has muerto querida Lhasa, y apenas ahora me pregunto si tus canciones me hacían daño o me hacían algún tipo de bien, lo cierto es que con “Desdeñosa” a punto estuve de hidratar mi desértico corazón, y junto contigo canté de cara a la pared.

Mexicana, gringa, canadiense, muchos sentimientos “reborujados” aparecían en tu canto, y lamento mucho que hayas muerto en Montreal, porque si hubieses muerto en San José de Llanetes, o en San Pedro Piedra Gorda, en cualquier rincón de tu amado México, te hubieran velado con cantos más tristes que los tuyos, los campesinos se hubieran embriagado con infusiones de canela teñidas de alcohol, la gente hubiera aprovechado tu funeral para ponerse al día, y para darle el sí a la propia muerte.

Quizás tu no lo supiste pero en los funerales de la gente mexicana pobre, esa a la que tanto quisiste, la gente vive ironías y despropósitos, en la madrugada puede despertarse la tía Bartola y con la modorra del cansancio y el tequila cantar “Los barandales del puente” en lugar del “Te vas ángel mío”, o escucharías cosas similares a las que escucharon los asistentes que velaron a mi abuelo, cuando mi abuela con una voz nítida dijo: “allí lo ven ustedes, viejo y feo metido en la caja, pero era muy buen mozo de joven”.

Seguramente te velaron en una aséptica y silenciosa capilla ardiente de Canadá, pero tu alma vagará por unos cuantos sepelios humildes de mexicanos, para que cantes y bailes con la muerte, con la misma pasión con la que le cantaste al amor y a la vida.

Que sea bueno tu nuevo andar, y que tu canto se despoje del pesar. BUEN VIAJE.

http://www.youtube.com/watch?v=AOLg_XY2cWA

1 comentario:

Anónimo dijo...

nada killo, que lo siento, pero recuerda que su presentimiento sigue vivo..........