Desde que soy médico, pongo atención a los guiones inconscientes que las personas tienen en su vida. Por ejemplo, cuando dos personas se enamoran solo perciben la parte fascinante del enamoramiento, de ninguna manera se les ocurrirá pensar: “Debajo de este enamoramiento hay dos personas que se unen para que uno de ellos se enferme gravemente y el otro le cuide, para que una parte de la pareja se vuelva violenta y agresiva, para que una vez que se separen introyecten internamente la creencia de que la pareja no es posible”, etc.
En las pequeñas temeridades de un adolescente, muchas veces está la semilla de un guion previsible de una tragedia.
En la temporada 3 de “Los Soprano”, Tony tiene una amante que a primera vista por fin le da la felicidad que ninguna mujer le ha dado, hasta ahora, tenía amantes vulnerables, a las que él “salva” económicamente y maltrata, evidentemente busca mujeres frágiles con las cuales habrá un resultado previsible. La amante en cuestión poco a poco va desarrollando aspectos trágicos, no es tan solvente como aparentaba, y los dramas que pone frente a Tony Soprano, son los más similares a los que Tony vivía con su madre: un sino, un destino. En algún momento, la Doctora Delfi le dice: “Hay personas a las que les atrae el fuego, en busca de un resultado inevitable como las mariposas alrededor de la luz".
Siempre he estado atento a los desenlaces previsibles que mis pacientes van dejando entrever, y mi trabajo consiste justamente en ayudarles a que puedan buscar una vía diferente para gestionar el mito, el relato, la memoria sistémica, etc. Que hay en su familia y en su historia para reconducirla con un resultado digno, aunque a veces tenga menos “épica” que la tragedia anunciada.
Estoy contento de observar que, en esta época de mi vida, he encontrado la manera de mostrarles a mis pacientes los movimientos inconscientes que los llevan a un resultado previsible que quizás no será digno, lo hago con preguntas, con señalamientos, etc. Que ellos puedan encajar.
El guion de nuestra vida se confecciona con muchas decisiones inconscientes que tomamos en las primeras etapas de nuestra existencia, y ese guion inconsciente será el motor de nuestras grandes decisiones: estado civil, prosperidad, dificultades económicas, tener hijos o no, enfermedades, problemas con la justicia, accidentes, profesión, etc.
Desde niños tomamos la decisión inconsciente de ser un triunfador o un fracasado.
Al mismo tiempo, nacemos incrustados en una red familiar tejida con muchas historias de las cuales nos hacemos cargo, repitiéndolas, oponiéndolos a ellas y a veces trascendiéndolas.
Me ha ayudado mucho el estudio del “Análisis transaccional” de Eric Berne y las Constelaciones Familiares de Bert Hellinger. Eric Berne se dio cuenta de que el niño toma decisiones inconscientes que le “perseguirán” el resto de su vida en respuesta a lo que él llamó “los mandatos” y “contramandatos” de los padres. Estos mandatos son órdenes inconscientes, transmitidos desde generaciones, por fidelidad, que nos dicen “puedes vivir y pertenecer a esa familia sólo si …”: sólo si eres invisible, sólo si llevas por mí la enfermedad, sólo si no tienes más éxito que yo, sólo si no quieres a nadie más que a mí, sólo si disfrutas al inicio de un proyecto y luego te amargas, sólo si permaneces asexuado, etc.
Mi trabajo es enseñar a las personas a gestionar al adulto, al padre y al niño que hay en cada uno, para que puedan estar libres y en la medida de lo posible alejados del guion inconsciente con desenlace trágico. Por supuesto que toda la filosofía respecto de las lealtades invisibles que aprendí de Bert Hellinger, también me permite mostrarles a mis pacientes que nuestra vinculación con los miembros de nuestro sistema familiar no tiene por qué ser repitiendo la tragedia, se puede seguir perteneciendo, aunque lo hagamos diferente.
Ha sido bueno RE VISONAR “Los soprano”, además de disfrutar de una de las grandes series de televisión, me ha ayudado a valorar aún más mi trabajo de médico y a ser consciente de mis propios guiones inconscientes.
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