domingo, 12 de abril de 2020

LA LIBERTAD DE LA SOLEDAD


Séneca decía que la soledad no es estar solo sino estar vacío. A mí me gusta jugar con las palabras: Sol edad, la edad del sol, estar bien contigo mismo, diferente de la De Solación, que es querer estar con alguien y no poder.
La soledad es un espacio necesario para ejercer la autonomía, para tener experiencias en las que no participan de manera directa otras personas, debemos saber transformar la soledad en un estado de creatividad, con posibilidad de pensamiento, de duda, de meditación, de reflexión.
A veces la soledad es un arma política, nos han enseñado a tener miedo a la libertad, porque en el fondo, una persona libre es una persona que se ha empoderado de su soledad.
En el fondo, la soledad es ontológica, al nacer, nacemos solos y dependientes, nos hacemos adultos haciendo un pacto honrado con la soledad e interactuando con los otros como un acto de intimidad y no de dependencia.
Hannah Arendt nos dice que hay otro tipo de soledad, aquella que resulta de no tener un hogar, una vivienda, porque el desarraigo, es, humanamente hablando, la enfermedad de nuestro tiempo.
La soledad de los más pobres, es la soledad mayor.
FOTO: Hannah Arendt

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