martes, 19 de diciembre de 2017

LA JUVENTUD, UNA CONQUISTA

Alguna vez me preguntaron -cuando era niño- ¿qué quería ser de mayor? respondí tranquilamente: Niño. Como la pregunta se repitió muchas veces aprendí a decir que quería "ser un triunfador", "ser un ingeniero rico", etc. pero seguramente lo respondía para deleite de los adultos que me interrogaban, en el fondo de mí, quería seguir siendo niño y en buena parte lo he conseguido, no he perdido una de las riquezas de los niños: la capacidad de sorprenderme y la espontaneidad.
Si me preguntaran ahora que quiero ser de mayor, respondería que joven, porque la juventud ES UNA CONQUISTA, para llegar a ser joven, hay que perder los miedos de la niñez y la inseguridad del adolescente, y permanecer flexible de cuerpo y de mente, hay gente que se muere sin llegar a ser joven, o pasaron de niños a anciano.
La ventaja de ser joven con muchos años, es que muchas cosas se viven relajadamente, ya no hay prisas.
También me gustaría de mayor ser sabio, el sabio es el que ha dejado de sufrir, pero como sé que es algo muy difícil, empezaré aguantando bien la incertidumbre, tolerando bien mis contradicciones y sobre todo tolerando bien las contradicciones de los otros y las vicisitudes de la vida. El dolor es inevitable, el sufrimiento es una elección. Seguramente en el camino habrá piedras, no pienso patearlas, porque seguramente al final habrá un letrero que diga: Los imposibles, ¡Déjalos!, y cuando sea complicado ser sabio me repetiré esas normas básicas que nos ha regalado Miguel Ruiz para entendernos bien con nosotros mismos y con otros seres humanos:
  • No tomarse las cosas de manera personal
  • No suponer nada
  • Ser impecable con las palabras
  • Dar lo mejor de ti mismo.
Cuando sea joven me gustaría sonreír más, creo que la gente buena generalmente es sonriente, la gente amable lo es sobre todo cuando está sola, de la misma manera que la gente íntegra hace lo correcto incluso cuando nadie está mirando.
De joven (mayor flexible) me gustaría ser benevolente con mi historia, decía Susan Sontag que debemos amar el pasado porque hemos sobrevivido. Para ello, empezaré a hacer una lista de las cosas que no me gustan de mi y las voy a echar a la basura, porque he hecho lo mejor que he podido hacer para ser quien soy, la postura vital que tengo me ha mantenido vivo, y aunque seguramente hay una mejor manera de encarar la vida, no me castigaré, estoy en el camino.
Cuando sea mayor quiero ser rico, y soy consciente de que la única riqueza que vale la pena acumular en la vida son las experiencias, nunca he visto mudanzas detrás de los funerales, así que me empeñaré en tener unos pasos llenos de sentido, alegrarme mucho por la gente que me quiere, especialmente mis amigos, porque si alguien te da su amistad, confía en ti, y eso, es una riqueza. Voy a hacer lo posible para conservar mi libertad física, mi movilidad, poder moverse es una gran riqueza: caminar, viajar, la movilidad social, etc; intentaré tener un tiempo atado digno y un tiempo libre jubiloso, y espero que no me falten todos los recursos materiales para celebrar todo lo anterior.
Cuando sea joven, además de persona mayor quiero ser libre y para ello estoy dispuesto a ser ligero de equipaje, creo que sin tantos pesos es más fácil abrazar, besar, permitir que entren en tu corazón y entrar en los otros. Quiero pocas cosas pero bellas, la pobreza material no siempre es nuestra responsabilidad, la pobreza estética si.
Cuando llegue a ser joven, quiero amar y equivocarme, “en el amor el peor error es no cometerlo” hay que equivocarse, es la primera garantía de ser un humano, así que pienso ser benovolente con el hecho de fallar, cambiar, reinventarme, reestructurar mi mundo y empezar de nuevo cada vez que sea necesario, relaja bastante saber que somos relativos, si algo hacemos mal, el sol saldrá por donde mismo.
Cuando sea mayor quiero seguir haciendo cosas que me gustaban hacer siendo niño: andar en bici, subir a un columpio, estremecerme con un arcoiris, cantar, bailar, mojarme bajo la lluvia, jugar hasta cansarme, estar presente para las cosas importantes, las que te hacen reír y llorar, porque al final de la escuela de la vida no hay exámenes, ni calificaciones, ni reunión de exalumnos…
Cuando llegue a ser joven quiero estar vivo hasta el último momento.

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