“Muy doloroso no es” dije yo atenuando mi retórica, al mismo tiempo
que ejercía toda la parsimonia fingida de que era capaz, para que mi
cara no me delatara.
“¿Qué harías tu en mi lugar? Dijo él, “No es muy poco lo que yo llevo, como para que me haga cargo de lo tuyo”.
Sorbí lentamente mi café, y antes del último sorbido nuestra amistad había terminado.
miércoles, 11 de octubre de 2017
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
-
Hace años en el jardín de la casa paterna de mi querida amiga Silvia, un indígena huichol invitado a nuestra comida, al percatarse de qu...
-
Vincent de Gaulejac acuñó el término “Neurosis de clase” en los años ochenta, una época en la que la sociología aún tenía oportunidad de...
-
“Nunca es tarde para tener una infancia feliz”, dijo Milton Erickson. Esta frase ha generado movimientos internos de optimismo y esperanza e...
No hay comentarios:
Publicar un comentario