jueves, 7 de abril de 2011

UN PUENTE SOBRE EL DRINA


Apenas si le conozco y ya lo considero parte de mi inventario espiritual, de las riquezas que ayudan a que esto que llamamos vida tenga sentido: Ivo Andric, a quien he conocido por su libro: “Un puente sobre el Drina”.

Desde el inicio del libro se intuye que el puente es la metáfora protagonista que une no solo las orillas de un río, también une las vicisitudes de varios pueblos y varias culturas que históricamente han confluido en las riberas de Drina.

La prosa de Ivo Andric, además de ser una constante fuente de frases reflexivas sobre muchos asuntos humanos, es una declaración amoroso por la belleza de la naturaleza de su país, la fuerza de su relato te introduce en episodios terribles, violentos, trágicos, tal como es la vida humana, contrarrestados inmediatamente por una descripción inefable de las nubes sobre el puente, por las incontables veces que habla de la luz, de los bosques y del agua del río. De especial impacto para mi, han sido las narraciones bucólicas sobre las actividades de los pobladores cercanos al río, las actividades de los labriegos, los juegos de los niños, las discusiones de los adultos sobre el puente, etc. son actividades sencillas dotadas de una huella perenne gracias a la pluma de Andric.

Es muy interesante pensar como Ivo Andric, murió antes de la guerra de los Balcanes, pero gracias a su obra se podría prever y explicar, la razón quizás sea que los odios y vicisitudes de esas tierras son rieles que rigen la historia por encima de las voluntades humanas. Pues aunque el libro empieza con la construcción del puente a finales del siglo XVI, bien podría haber iniciado un relato el día en que, en 1389, los serbios fueron derrotados en la batalla de Kosovo, por los otomanos, o cualquiera otra de las muchas citas históricas donde se cruzas esas inescrutables y fascinantes culturas.

Andric fue un hombre cosmopolita. Su obra literaria, a pesar de todo, es una continua reflexión en torno a las visicitudes y complejidades de su atormentado país, que describe con una belleza y una fuerza magistrales, pero también con un amor que brota espontáneo en cada párrafo.

Muy recomendable

FOTO: Ivo Andric en Višegrad

1 comentario:

Anónimo dijo...

Acabo de terminar de leer el libro y me ha encantado. Quiero volver a leerlo y comprar mas libros de este autor.