“La vida de los peces” es una película no apta para nostálgicos incorregibles, no la vea si usted corre peligro de infartarse mediante la nostalgia, véala si quiere comprobar que es la película que merecía el oscar a mejor película extranjera. una muy agradable sorpresa.
La película transcurre en tiempo real, ochenta minutos en donde el protagonista vuelve después de diez años desde Alemania a su natal Chile. No se puede decir que sea una película sobre Chilenos, diría yo que ni siquiera sobre emigración, pues aunque cualquier emigrante se podría sentir perfectamente reflejado en la película, la historia es más bien una película sobre la nostalgia en general, una película que te recuerda que muchos espacios, lugares, personas y vínculos se han perdido para siempre y que puedes sentirte extraño en tu propia vida, una nostalgia que roza la belleza pero también la crueldad, somos apenas este puñado de instantes de los que somos conscientes, de nada más, y Matías Bize consigue poner en imágenes ese carácter efímero de la vida humana, tan intensa, tan apasionada y al mismo tiempo tan fugaz. El hecho de sentirte extraño en tu propio país, no es más que una metáfora de que en el fondo aquel puñado de recuerdos que construyeron tu existencia no existen mas, doloroso, sobre todo si te planteas como lo hacen sutilmente los protagonistas, ¿qué hubiera pasado si tu vida hubiese tenido otros derroteros?
Le dieron el oscar a “En un mundo mejor”, que a mi particularmente me dejó indiferente, dejaron fuera esta bella película, quizás por es latinoamericana, quizás porque habla de un mundo imperfecto.
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