jueves, 17 de junio de 2021

SANCHO PANZA, EL PSICOANALISTA DEL QUIJOTE

 

¿Quién fue el primer sicoanalizado de la historia? Don Quijote de la Mancha, responde el escritor Carlos Chávez Macías (1947, Morelia, México). El Sr. Chávez escribió un libro en el que profundiza en la idea de que la lectura de la obra maestra de Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616) fue una de las fuentes principales de Sigmund Freud (1856-1939) para la invención del sicoanálisis. Fueron tres décadas de investigación plasmadas en el libro: Don Quijote, primer sicoanalizado de la historia: la probable influencia de Miguel de Cervantes en Sigmund Freud Editorial Porrúa

Carlos Chávez considera que “Freud ha sido muy desvirtuado tanto por quienes no lo han leído como por quienes no lo han entendido, o cuando lo han traducido mal. Freud afirmaba que no es casual que las tres grandes obras de la literatura: Edipo rey y Hamlet, ambas de William Shakespeare, y Los hermanos Karamazov, la última novela del escritor ruso Fiódor Dostoyevski, tratan el tema del parricidio. También El Quijote lo hace cuando el ingenioso hidalgo fantasea con matar gigantes, que es la figura del padre a nivel inconsciente.

“Hay muchos conceptos sicoanalíticos en la novela de Cervantes, a veces un poquito lacanianos, como cuando Sancho Panza a cada rato señala: ‘donde no se piensa, salta la liebre’; nosotros decimos: ‘donde no se piensa, brinca el inconsciente’.

“El Quijote se enferma al leer, y sana al hablar; y sana gracias a quien le ha escuchado: Sancho Panza. Lo más importante en el proceso terapéutico es la escucha, de hecho, en el psicoanálisis lo importante es que uno hable y el otro sepa escuchar.

Podemos decir que ambos se han entrenado en el arte de escuchar, los diálogos mantenidos por don Quijote y Sancho nos manifiestan el arte de escuchar, de la escucha surge la empatía y el respeto, algunas de las interacciones entre Don Quijote y Sancho Panza podríamos tomarlas como verdaderas devoluciones terapéuticas.

Sancho Panza a Don Quijote: "No tiene nada de bellaco; antes tiene un alma como un cántaro: no sabe hacer mal a nadie, sino bien a todos, ni tiene malicia alguna; un niño le hará entender que es de noche en la mitad del día, y por esta sencillez le quiero como a las telas de mi corazón, y no me amaño a dejarle, por más disparates que haga".

Don Quijote a Sancho: "Tiene a veces unas simplicidades tan agudas, que el pensar si es simple o agudo causa no pequeño contento; tiene malicias que le condenan por bellaco, y descuidos que le confirman por bobo; duda de todo y créelo todo; cuando pienso que se va a despeñar de tonto, sale con unas discreciones que le levantan al cielo. Finalmente, yo no le trocaría con otro escudero, aunque me diesen de añadidura una ciudad".

Ambos ejercen la empatía, Salvador de Madariaga llega a decir que Sancho se quijotiza y don Quijote se Sanchifica. También es el sentir de Claudio Magris cuando expresa que "el gran acierto de Cervantes es hacer que don Quijote y Sancho sean inseparables. Don Quijote a solas habría sido un alucinado; Sancho, el más vulgar de los hombres. Juntos son gloriosos. Se corrigen los excesos, se compenetran y, sobre todo, se escuchan".

Shakespeare nos enseña a hablar con nosotros mismos, Cervantes nos enseña a hablar y escuchar al otro

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