¿Quién fue el primer sicoanalizado de la historia? Don Quijote de la Mancha, responde el escritor Carlos Chávez Macías (1947, Morelia, México). El Sr. Chávez escribió un libro en el que profundiza en la idea de que la lectura de la obra maestra de Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616) fue una de las fuentes principales de Sigmund Freud (1856-1939) para la invención del sicoanálisis. Fueron tres décadas de investigación plasmadas en el libro: Don Quijote, primer sicoanalizado de la historia: la probable influencia de Miguel de Cervantes en Sigmund Freud Editorial Porrúa
Carlos Chávez considera que “Freud ha sido muy desvirtuado tanto por
quienes no lo han leído como por quienes no lo han entendido, o cuando lo han
traducido mal. Freud afirmaba que no es casual que las tres grandes obras de la
literatura: Edipo rey y Hamlet, ambas de William Shakespeare, y Los
hermanos Karamazov, la última novela del escritor ruso Fiódor Dostoyevski,
tratan el tema del parricidio. También El Quijote lo hace cuando el
ingenioso hidalgo fantasea con matar gigantes, que es la figura del padre a
nivel inconsciente.
“Hay muchos conceptos sicoanalíticos en la novela de Cervantes, a veces un
poquito lacanianos, como cuando Sancho Panza a cada rato señala: ‘donde no se
piensa, salta la liebre’; nosotros decimos: ‘donde no se piensa, brinca el
inconsciente’.
“El Quijote se enferma al leer, y sana al hablar; y sana gracias a quien le
ha escuchado: Sancho Panza. Lo más importante en el proceso terapéutico es la
escucha, de hecho, en el psicoanálisis lo importante es que uno hable y el otro
sepa escuchar.
Podemos
decir que ambos se han entrenado en el arte de escuchar, los diálogos
mantenidos por don Quijote y Sancho nos manifiestan el arte de escuchar, de la
escucha surge la empatía y el respeto, algunas de las interacciones entre Don
Quijote y Sancho Panza podríamos tomarlas como verdaderas devoluciones
terapéuticas.
Sancho Panza
a Don Quijote: "No tiene nada de bellaco; antes tiene un alma como un
cántaro: no sabe hacer mal a nadie, sino bien a todos, ni tiene malicia alguna;
un niño le hará entender que es de noche en la mitad del día, y por esta
sencillez le quiero como a las telas de mi corazón, y no me amaño a dejarle,
por más disparates que haga".
Don Quijote a Sancho: "Tiene a veces unas simplicidades tan agudas, que el pensar si es simple o agudo causa no pequeño contento; tiene malicias que le condenan por bellaco, y descuidos que le confirman por bobo; duda de todo y créelo todo; cuando pienso que se va a despeñar de tonto, sale con unas discreciones que le levantan al cielo. Finalmente, yo no le trocaría con otro escudero, aunque me diesen de añadidura una ciudad".
Ambos
ejercen la empatía, Salvador de Madariaga llega a decir que Sancho se quijotiza
y don Quijote se Sanchifica. También es el sentir de Claudio Magris cuando
expresa que "el gran acierto de Cervantes es hacer que don Quijote y
Sancho sean inseparables. Don Quijote a solas habría sido un alucinado; Sancho,
el más vulgar de los hombres. Juntos son gloriosos. Se corrigen los excesos, se
compenetran y, sobre todo, se escuchan".
Shakespeare
nos enseña a hablar con nosotros mismos, Cervantes nos enseña a hablar y
escuchar al otro
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