lunes, 8 de abril de 2019

EL ARTE DE INTERPRETAR LA REALIDAD

Interpretar es darle el sentido a algo. 

En la interpretación hay un contenido independiente que se comprende, se traduce y se expresa.
Entre los seres vivos animados, el único que interpreta su realidad es el ser humano, en ambos sentidos: por un lado, debe darle sentido a lo que vive y por otro lado debe "actuar". La actuación a su vez, tiene dos vertientes, la de "hacer algo" y la de "actuar como lo hace un actor" para poder expresar ese sentido.
Toda interpretación de la realidad con base a una cultura, es decir, actuamos de acuerdo a las tradiciones, ideas, creencias y costumbres a las que pertenecemos. Todos los acontecimientos requieren una espiritualidad que nos ayude a interpretarlos; la espiritualidad según Susan Sontag son "Los Planes, terminologías, ideas sobre cómo comportarse para resolver las dolorosas contradicciones estructurales inherentes a la condición humana".
Todos tenemos una cultura, todos tenemos una espiritualidad, es decir, todos interpretamos la realidad a nuestra manera.
Según Eduard T Hall, algunas personas son de alto contexto y otras de bajo contexto, y esto no es una categoría moral o jerarquizante, me explico. Las personas de bajo contexto se centrarán más en los datos, en la lógica y en el razonamiento; podríamos decir que son personas "prácticas"; en cambio, para las personas de alto contexto no todo es explícito, hay una meta realidad constante, lo que ocurre va más allá de lo que se ve a simple vista, o de la información objetiva. Las personas de bajo contexto, a las que les gustan los datos, y la información técnica, sin aliños afectivos, sin pensar en las conexiones con otras épocas, con otras circunstancias y prescindiendo totalmente de lo simbólico podrían correr el riesgo de ser poco empáticos. Las personas de alto contexto, las que necesitan comprender más allá de lo objetivo, podrían ser presas fáciles de teorías conspiratorias y de ponerse caóticos.
Una persona de bajo contexto interpreta su realidad "objetivamente", y sus reacciones ante las vicisitudes humanas: por ejemplo el amor, la enfermedad, la muerte, etc. son racionales
Una persona de alto contexto vive esas realidades con metáforas, con símbolos, con una interpretación que va más allá de la simple descripción del hecho. De esta manera, la muerte, por ejemplo, se entenderá no solamente como el final de un proceso biológico, sino que también será una oportunidad para darle un sentido a la realidad.
Es un arte interpretar la realidad,y es un arte vivir, porque requiere encontrar el equilibrio entre la objetividad y el vuelo espiritual que el alma necesita.
El adulto completo, sabe tomar los datos, asentir a la realidad y obrar en consecuencia, de tal manera que un adulto ya no necesita el consuelo fácil de "Todo saldrá bien", el adulto sabe que la vida es una mezcla de tragedias y alegrías, y que debemos saber respirar ambas.
En este tiempo que nos toca vivir, tenemos el privilegio de acceder a la cultura, a la belleza a través de las pantallas, de la música en nuestros reproductores de sonido.
Hoy leía que Eduardo Mendoza dijo que cuando pase el confinamiento, leeremos mucho porque habremos visto todas las series, yo no estoy tan seguro.
Cada uno a su manera puede encontrar la forma de darle expresión a la realidad que estamos viviendo, y la televisión es una forma tan válida como los libros, es parte de nuestra cultura y de nuestra espiritualidad, son estructuras que nos permiten superar la contradicción humana y llenar de sentido la realidad.

He dedicado muchos años de mi vida a ofrecer herramientas a algunos seres humanos, para que interpreten su realidad y asientan al resultado, a veces jubiloso, a veces difícil, pero siempre lleno de sentido.

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