lunes, 23 de marzo de 2015

LA CHICA DE LA MOTO

Se puso a mi lado con su BMW 600 de los años 70, su ruta iba en paralelo a la mía, nuestros destinos estuvieron unidos durante trescientos metros, en el segundo semáforo elogié su moto tan pulcra, “si algo te gusta lo cuidas”, me dijo sonriente, ella, tan segura, tan esbelta, su comisura labial tan perfecta revelaba que su moto era mayor en edad que ella, un cuerpo perfecto adosado a la moto cual moderno centauro, con unos pantalones orgullosos de contener esos muslos. Sus cabellos lacios salían por detrás del casco negro el cual desentonaba con la belleza de aquel cuerpo. Un casco rayado y sucio, como una corona deslucida que abdicaba de todo protagonismo. No pude evitar pararme unos metros delante de donde aparcaba, para mirar sus movimientos perfectos, se quitó el casco y se acomodó los cabellos sin afectación, puso su chupa de cuero en el antebrazo, y unas gafas de sol sobre sus ojos, todo ello mientras sonreía a su chico que la saludaba con la mano extendida.

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