Aurora Navia (Aurorita, para el pueblo) fue una mujer
política de mi tierra muy valorada por su desempeño como profesora, pero sobre
todo como luchadora pionera para conseguir el voto de las mujeres en México,
llegó a ser la primera senadora mexicana.
Lo que hoy me ocupa no es su admirable trayectoria
profesional y política, quiero hablar de una de las miles de anécdotas que la
han convertido en parte fundamental de la mitología popular.
Cuentan que siendo diputada, le encargaron solicitar una
escuela para alguna comunidad rural, al volver de la ciudad de México, con la
solemnidad que la caracterizaba les respondió: “Compañeros, se solucionó, QUE
NO” (Se arregló que siempre no, en
lenguaje mexicano).
En mi experiencia como médico y como terapeuta, compruebo
cada día que muchas personas no quieren solucionar sus problemas, prefieren
permanecer en el sufrimiento que bien conocen.
Solucionar, no siempre es obtener lo que deseábamos, a veces
la vida, las circunstancias te dicen que no es posible aquello que esperabas y
lo debes dejar.
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