ESTAMOS CONECTADOS.

Todo está unido con vínculos invisibles, especialmente los entes de la Tierra estamos unidos aunque no lo queramos, lo olvidemos o no seamos capaces de verlos. Todos los seres humanos estamos unidos en nuestro destino, aunque estemos distantes en lo geográfico, en lo temporal, en lo ideológico, etc. Hay algo que nos une. Uno de los motivos fundamentales en el sufrimiento de la raza humana es por la incapacidad que tenemos de sentirnos “conectados”, no nos sentimos unidos a nada; si tuviéramos consciencia de que estamos vinculados al todo y especialmente a la tierra difícilmente le haríamos las perversiones que le hacemos a las plantas, el maltrato que provocamos a los animales, etc. no lo haríamos si experimentáramos ese vínculo, pues todo lo que hacemos a la naturaleza nos lo hacemos a nosotros mismos, y todo lo que hacemos a otro ser humano (o dejamos de hacer) nos lo hacemos a nosotros mismos.

Esta vinculación invisible, esta conexión que a veces no somos capaces de ver es especialmente importante en el caso de la familia, estamos más conectados y unidos en el destino mucho más de lo que nos imaginamos, de tal manera que la historia de nuestros ancestros, los acontecimientos que han marcado el rumbo de la familia nos pertenecen y nos unen, y a veces nos hacen tomar decisiones inconscientes y amorosas que son un intento de solventar tales acontecimientos, aún cuando no estén presentes en nuestra consciencia.

Es momento de despertar, de experimentar la unión y el respeto con todo lo que hay en la tierra, es momento de mirar cuales son los hilos invisibles que han modulado el rumbo de nuestra familia para ser más libres, para recuperar la dignidad, para experimentar esa intimidad y conexión llamada: AMOR.