martes, 12 de septiembre de 2017

COMUNICAR ES CONECTAR.

Comunicar es unir, es conectar, es compartir, es poner en común algunos significados. La filosofía sistémica nos permite comprender que estamos comunicados, es decir, conectados: SI LOGRAS COMUNICAR, LOGRAS CONECTAR, SI TE COMUNICAS, TE CONECTAS.
Debemos decir previamente que la forma generalizada de comunicación en la que un emisor simplemente comparte un mensaje con un receptor es la más pobre, la comunicación en la que quiero reflexionar es aquella en la que se crean nuevos significados en el intercambio de información, una semántica que se traduzca en semiología para una vida llena de sentido.
RECIBIMOS MENSAJES
No sabemos con certeza si la realidad física (el universo físico) o el ser en general, está emitiendo mensajes o señales, pero en lo que se refiere a la experiencia humana, estamos conectados a varios sistemas, especialmente nuestra familia, de tal manera que la "desconexión" es una ilusión, y muy probablemente el origen de muchos sufrimientos. La familia a la que pertenecemos, y que incluye a todos los que nos han precedido, aunque no les hayamos conocido, la cultura en la que hemos nacido, y cualquier sistema al que pertenezcamos emite señales, genera mitologías, registra acontecimientos que quedan grabados en la memoria sistémica y que son recibidos e interpretados por nosotros, es decir, les damos vida.
Por ejemplo, un no nacido, una muerte trágica, un acontecimiento muy doloroso, a nivel sistémico genera una memoria que será recibida por algún miembro posterior de la familia, quien interpretará ese mensaje en varios sentidos:
1. Interpretación en el sentido semántico y semiótico (semiológico): es decir la comprensión mental consciente o inconsciente (semántica) que muchas veces es meramente racional y lingüística, y un nivel de significación que va más allá de la comprensión mental, más allá de lo verbal, es lo que conocemos como Semiología o Semiótica.
2. Interpretación en el sentido EXPRESIVO, es decir la manera como se le da vida a ese mensaje. 
De esta manera, el mensaje de un no nacido podría tener una resonancia semiótica en una persona que comprenderá (generalmente de manera inconsciente) que hay dolor familiar, y en la polisemia interpretativa podría expresar esa memoria, no aprovechando la vida, por lealtad a esa memoria, a ese mensaje familiar. Debemos recalcar que el mensaje familiar carecía de intención, es la resonancia en el miembro de la familia a quien le llega el mensaje la que nos permitirá ver una vida conectada (en comunicación) con ese dolor.
EMITIMOS MENSAJES
Hasta ahora solo he hablado de la recepción e interpretación de los mensajes, es el momento de reflexionar en nosotros mismos como mensaje y como emisores de mensajes, y podría ser que nuestro mensaje tenga poca repercusión, poco impacto social, si esa situación de insignificancia “duele”, generalmente se compensa con el PARLOTEO, parloteo verbal y parloteo social. Cuando nuestro mensaje no tiene impacto, aparece la fuerza del silencio como bálsamo, el silencio verdadero es el gozo de ser, felicidad ontológica, un contacto con “lo más íntimo de mí mismo” (eso decía Agustín de Hipona).
El amor es una intimidad compartida, y el propósito de toda buena comunicación (conexión) es la intimidad. Paradójicamente la intimidad es una fuerza poderosa que nos mueve, pero a la que también le tememos. Hacemos cosas sorprendentes con el objetivo de buscar intimidad y al mismo tiempo la evitamos.
LO QUE BUSCAMOS LOS SERES HUMANOS
El ser humano en lo que a comunicación se refiere busca SER ACARICIADO y SER COMPRENDIDO (sentirse conectado, tener intimidad), las personas, por encima de buscar ser queridos (ser acariciados), buscamos ser comprendidos (sentirnos conectados, comunicados, en intimidad).
En lo que se refiere a nivel existencial, el ser humano busca que sus asuntos tengan sentido, esto se relaciona profundamente con la manera como gestionamos nuestro tiempo. Las caricias y la gestión del tiempo son asuntos básicos para los seres humanos. La gestión del tiempo y la búsqueda de intimidad, nos permiten comprender la comunicación que muchas personas tienen, puesto que la INTIMIDAD es una riqueza muchas veces inasequible, y no nos han educado para disfrutar de la riqueza del TIEMPO NO PRODUCTIVO (silencio), muchas veces compensamos la ausencia de esas riquezas (intimidad y silencio) con Parloteo y con patrones sociales bien definidos e introyectados por la cultura en la que hemos crecido: incluidos la religión, ideas políticas, clase social, mitos familiares y culturales, valores, etc. De esta manera hemos encontrado la manera de intercambiar caricias y gestionar el tiempo mediante: ceremoniales, pasatiempos y juegos sociales. Por supuesto también las actividades, por ejemplo, el trabajo, estructura que permite gestionar el tiempo y realizar intercambios de "caricias" generalmente sin intimidad, y claro está, la intimidad, máxima expresión de la comunicación.
Respecto de los juegos, solo señalar que me refiero a "juegos sociales" donde hay un ajuste de cuentas, unas reglas, un desenlace, etc., y todo ello para evitar la intimidad y aguantar tener que gestionar "un tiempo", allí tenemos el alcoholismo, el juego del "deudor", los juegos de matrimonio, juegos de consultorio, etc. El hecho de que se les llame juegos, no quiere decir que son divertidos. Puedes profundizar en el libro "JUEGOS EN QUE PARTICIPAMOS" de Eric Berne. Una buena alternativa a la falta de intimidad (conexión, comunicación, etc.) es el SILENCIO. Tenemos grandes fugas de energía con el PARLOTEO, la comunicación sin sentido, la emisión de mensajes sin la creación de una intimidad.
Cuando eres coherente, te comunicas bien contigo mismo.
Cuando eres compasivo, te comunicas bien con los demás.
Cuando asientes al lugar que te corresponde en el mundo, perteneces y disfrutas de la felicidad de ser.

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