Suelo
preguntar con frecuencia a mis amigos si han leído “El Quijote”, muchos
responden que no, y les felicito, porque hay una prueba fehaciente de
que la vida todavía tiene cosas para sorprenderles, siempre explico a
mis amigos la anécdota de aquel chico que vino a Barcelona a suicidarse,
pero antes quería leer el Quijote... le sucedió lo mismo que le sucedió
al Quijote en Barcelona: recuperó la razón.
Hay
cientos de libros y miles de experiencias que esta vida tiene
preparadas para muchos de nosotros y quizás no estemos dispuestos a
perdérnoslas, por poner un ejemplo: ULISES ese libro considerado como la
mejor novela del siglo XX, La pluma de James Joyce hizo mundialmente
famoso al personaje “Leopoldo Bloom”
cuando lo sacó a caminar por las calles de Dublín el 16 de junio de
1904. Un libro difícil de clasificar pues lo mismo contiene la veta de
la literatura griega y la judía; la asociación libre del psicoanálisis,
el vitalismo filosófico del que mucho había bebido Joyce. “Un libro que
se procede a la destrucción del mundo” según palabras de Jung. Ulises
cumple casi 100 años y una vigencia que puede sorprender a cualquiera.
Soy
un hombre que desde la adolescencia me decanté por la literatura, en
detrimento de la televisión, prácticamente no he visto televisión en mi
vida, lo cual no me convierte en mejor persona que los que si han visto,
simplemente no he visto y punto. O no había visto, porque hace unos años me dejaron la serie LOST y estuve totalmente cautivado por sus personajes en detrimento de la literatura, pues durante cuatro semanas que solo leía cuestiones profesionales o académicas.
No
pienso hacer ningún “spoiler” a los que no han visto aún la serie, pero
durante más de 20 años soñé que un avión se estrellaba y yo
sobrevivía... yo no sabía que así era el inicio de LOST. Fue muy
impactante para mi, amén de que los personajes están muy bien cuidados,
hay ratos en los que pareciera que fuese el mismísimo Vasili Grossman el
que nos estuviera narrando las relaciones entre los personajes, tiene
una estética magnífica, los misterios están muy bien logrados, los
personajes son muy humanos, pueden traicionarse, solidarizarse, unirse,
perder la esperanza, etc, las múltiples referencias a la literatura,
algunos títulos de los capítulos con nombres bíblicos o en latín, el
sacerdote que se llama Sr. Eko, como una metáfora del hombre que busca a
Dios y quizás solo encuentra un “Eco” de sus anhelos y que encima va
arreglando sus asuntos terrenales con un garrote en la mano... los
guionistas se han dado tiempo para abordar temas candentes como la
eutanasia, la adopción, la paternidad, la pareja, la ética del
transplante... muchos temas de los cuales salen o bien con una respuesta
convincente o bien con una solución salomónica. Tengo mis críticas por
supuesto, se golpean por la nada, se lesionan a cada momento y siguen
como si nada, pero me imagino que hay gente que necesita un poco de
“acción” para dejarse seducir.
¿Y el oso polar de LOST?, es un asunto sencillo para mi, los osos polares NO SON BLANCOS, son negros, con un pelaje transparente que los hacen blancos para nuestros ojos, la realidad sigue siendo invisible para nustros ojos. Lost se desarrolla en realidades paralelas de manera constante, eso quiero pensar respecto del oso incomprensible para todos.
¿Y el oso polar de LOST?, es un asunto sencillo para mi, los osos polares NO SON BLANCOS, son negros, con un pelaje transparente que los hacen blancos para nuestros ojos, la realidad sigue siendo invisible para nustros ojos. Lost se desarrolla en realidades paralelas de manera constante, eso quiero pensar respecto del oso incomprensible para todos.
Cuatro semanas que mis manos no cogieron
un libro de esos que se leen solo por placer no para aprender, de esos
que te permiten disfrutar con el lenguaje mismo, que te explican una
historia, que ordenan el caos... ha pasado el tiempo y he aprendido a dosificar televisión y literatura.
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