lunes, 15 de junio de 2009

Grossman


Estoy por lanzar una campaña anti-regalos “obligatorios”. Para navidades y cumpleaños acabamos regalando –y recibiendo- cosas que no necesitamos, y que a veces tampoco nos gustan. Creo que no deberíamos regalar nada a menos que estuviéramos plenamente seguros de que el regalo será útil y agradable para el otro.

En octubre pedí un regalo que me sigue haciendo feliz: “Absalom, Absalom” de William Faulkner, y recibí otro que no pedí y que sin embargo se ha convertido en uno de los mejores regalos que he recibido VIDA Y DESTINO de Vasili Grossman. Es una obra que me ha conmovido mucho, pienso que tendría que ser obligatoria para acceder al carnet de “ciudadadano”.

Grossman –además de mostrar al mundo el horror del totalitarismo de Hitler y de Stalin- consigue desenmarañar la filigrana de la bondad y mezquindad del corazón humano; algunos capítulos son verdaderos tratados de ontología, otros incluso de poesía, pero sobre todo, un tratado de ese misterio que nos compete –en el sentido del existencialismo de Gabriel Marcel- y que llamamos persona.

Grossman fue un periodista valiente cuyo artículo “El infierno de Treblinka” fue usado en los Juicios de Nuremberg como evidencia de la persecución que ejercía el régimen nazi.

VIDA Y DESTINO la acabó en 1960, y fue secuestrada por las autoridades soviéticas, fue su amigo el físico Andrei Sajarov quien hizo llegar a occidente una copia microfilmada del manuscrito, Grossman murió en 1964 sin saber que su obra se conocería en el mundo entero.

“¿De que materia esta hecha tu caparazón?”
pregunte a la tortuga, y ella contestó:
“de miedos acumulados”
¡En el mundo no hay nada más sólido!

Vasili Grossman

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