Facebook, Instagram, twitter, etc. se han ido convirtiendo en un bosque
de árboles solitarios, hiperconectados al internet y desconectados en lo
social.
Los árboles se comunican entre sí, mediante las raíces
comparten información química que les sirve por ejemplo para protegerse
de los predadores, elaboran sustancias volátiles para “informar” a otros
árboles. Sin embargo, ese vínculo profundo en las raíces de los
árboles, no se da en los árboles de los bosques artificiales.
Peter
Wohlleben, en su libro “La vida secreta de los árboles” hace
prosopopeya, y dice que incluso se comparten minerales cuando algunos
están enfermos, regulan la fotosíntesis en “sociedad”, etc. Haciendo un
paralelismo con las redes sociales, es conmovedor, como Facebook,
Instagram, twitter, se han ido convirtiendo en un bosque de árboles
solitarios, artificiales y muchas veces superficiales.
Es momento
de volver a conectar con nuestras raíces, y de encontrarnos con los
amigos, a ser posible, con el teléfono desconectado.
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