
Tantas veces he volado en los sueños y ni una sola vez me he encontrado con un Pegaso, soy como Perseo que tengo mis propias sandalias aladas
Feliz Lunes
“Cuando encuentres mis huesos dejaré de escribir cartas”
No lo buscábamos a él, buscábamos a otro desaparecido, y peinando las lomas semidesérticas encontramos sus huesos, la hebilla de su cinturón, sus botas y despojos de su sombrero. El maestro Artemio dijo que era “cadera de hombre”, “calaca de hombre”, en definitiva huesos de hombre joven como Rosendo a quien todo mundo hacía en los Estados Unidos.
“Querida Engracia: te mando estos cien dólares, que te rindan, y no dejes de decirles a los escuincles que su papá los quiere”.
Breves cartas recibió Engracia durante tres años, notas breves y cien dólares en cada una, era su letra, en un sobre con remitente sin dirección, sello de California, cartas de su puño y letra, y eso que el profe Artemio dijo que los huesos eran de alguien que llevaba más de un año de muerto.
Pero no lo buscábamos a él, buscábamos a otro desaparecido.
“Cuando encontraron mis huesos, dejé de escribir cartas”
feliz viernes
Querida Adriana:
Celebro nuestros 25 años de amistad desde esta bella ciudad Colombiana: Cartagena.
Mientras te escribo, el sol se despide con lentitud dejando tenues pinceladas cobrizas sobre unas calles ya de por sí bellas. La ciudad amurallada es un espectáculo de arquitectura y color, de bullicio caribeño, de sensualidad, una verdadera fruición para la vista.
Mientras caminaba por encima de la muralla, el viento mecía palmeras y cabelleras al unísono, una puesta en escena del veleidoso viento y del eterno sol.
Esta mañana hemos ido a una bella isla, al volver, el mismo viento impetuoso ha obligado a la lancha a volver por un canal en medio de una exuberante vegetación, un regalo imprevisto como lo ha sido nuestra amistad.
Gracias a la vida que nos ha permitido ser amigos y nos ha permitido conocer lugares tan bellos como Cartagena.
Es evidente que la ciencia médica ha avanzado a pasos agigantados en los últimos años, y seguramente es apenas un atisbo de lo que la humanidad verá, la genética es un epítome de lo que hablo.
Sin embargo, es importante que todos los avances médicos no nos impidan reflexionar y criticar –en el sentido Kantiano- lo que damos como hechos inequívocos. No debemos olvidar que todavía hace poco Francia compraba cada año más de treinta millones de sanguijuelas con el propósito de practicar sangrías contra la neumonía, la melancolía, el reumatismo, la apoplejía, los huesos rotos, los nervios deshechos, los dolores de cabeza, etc. y era un tratamiento (junto con otras prácticas que ahora nos parecen pueriles y obsoletas) que se consideraba plenamente científico.
¿Quién nos asegura que muchas de nuestras prácticas actuales no serán motivo de risa en el futuro?
FOTO: Esculapio de Empuries
Ella dice que las tardes de lluvia la vuelven frágil, especialmente si escucha una ambulancia.
El no dice nada todavía no está presente para ella.
Ella dice que es solvente, nada fea, independiente, inteligente, ¿cómo es que no tiene novio? ¿qué hace falta para que los chicos la miren?
El es un chico despistado, que tiene una agenda llena, en ella no cabe el amor.
Ella y El viven en Barcelona
En Latinoamérica no tenemos princesas, por eso nos las inventamos, y llenamos sus vestidos de abalorios, ceñimos sus cabezas con coronas y tiaras, y les preparamos un séquito que envidiaría la misma Letizia.
Quería hablar de Quinceañeras, intentando soslayar el ligero sesgo hortera que el asunto puede tener, pero como en el “primer mundo” tampoco he visto demasiados visos de autenticidad, libero de mi judicatura a mis paisanos y me alegro mucho que celebremos todo lo que podamos celebrar, y transmuto mis disquisiciones al asunto de la edad.
Esta dulce criatura que ven ustedes en la foto es mi sobrina, hija de un hermano que es menor que yo. Resulta que en Madrid tengo un buen amigo argentino cuya madre es más joven que yo unos meses, y para colmo, en días pasados un ex compañero de la primaria me envía un mail donde me informa que está a punto de ser abuelo.
¡Pero señores que yo estoy todavía en la treintena, no me hagan esto!
FELIZ VIERNES y nuevamente felicidades querida sobrina
FOTO: Mi sobrina hace una semana en su fiesta de quince años (La genética es injusta ya lo se)
http://www.youtube.com/watch?v=7utC-Gg3bm4
http://www.youtube.com/watch?v=7utC-Gg3bm4
Durante años me he definido como “Un pesimista resignado y curiosamente feliz”, ayer en una charla breve manifestaba mi pesimismo respecto de las posibilidades de cambio profundo de muchas personas, mi interlocutora me interpeló “¿eres realmente consciente de lo que dices?, si tu has ayudado a mucha gente a cambiar”.
¡Tiene razón! Muchas veces somos esclavos de nuestra arquitectura verbal, de nuestras frases hechas, así que vamos a ver si empiezo a despojarme de refranes y frases que “bloquean” la esperanza de cambio, hoy me despido de esa frase que tanto me gusta “Dios no cumple antojos, ni endereza jorobados”, porque puede ser que lo haga.
Feliz jueves y os dejo una foto con el “Dream Team” de mi trabajo (estas tres chicas son lo mejor de mi trabajo)
Eran las cinco de la mañana cuando el teléfono me arranco de manera abrupta de un sueño profundo, lo peor fue que me arrancó de un sueño en el cual volvía a ser el Espartaco universitario que fui. De acuerdo, exagero, nunca tuve la fuerza física, ni ideológica que tuvo el de Tracia; ni siquiera se dirá de mi -como se dice de él ahora- que era un hombre culto, inteligente y justo, pero es un hecho verídico que siempre fui el “organizador” de cosas en la universidad y en el hospital.
Esa llamada me abdujo también de un cúmulo de sensaciones animales que me llevaban lo mismo a trepar rocas, experimentar la sensación de peligro circundante, sortear fieras, cruzar ríos e incluso volar, sentía con claridad el movimiento de mis brazos como si fueran alas. Onomatopeya Onírica Pura.
Los sueños, sueños son. Y no creo que con el Soliloquio de Segismundo en “La vida es sueño” Calderón de la Barca intentara trivializar o restarles importancia, todo lo contrario, es la anáfora que constata que los sueños “se tejen aparte”, que pertenecen a un mundo del que todavía desconocemos mucho.
Para mi los sueños son un recinto sagrado del que esta noche me han sacado.
FELIZ MIERCOLES
Michael duró varios días en el servicio forense después de haber muerto en una madrugada por la calle, y merodeando alrededor estaban sus inseparables amigos Forest y Harry.
Hacía años que los hermanaba su “modus vivendi” vagabundo, más de diez años recorriendo la gran manzana, de refugio en refugio en el invierno, en cualquier sitio en el verano; siempre pendientes de algunas monedas que les permitiera entrar en un bar y pedir una bebida. Tenían predilección por la cerveza “Corona” pero solo en contadas ocasiones se las permitían.
Solían jugar a cartas aposentados en los bancos de Union Square, justo al lado del sitio donde la gente pone a jugar a sus perros; casi siempre bajo la ignominiosa indiferencia de los transeúntes y otras tantas fulgurados por las miradas despreciativas de los que parece “que son correctos y nunca se enferman”.
Eran adictos a magnificar sus escarceos sexuales del pasado, ninguno de los tres se lo creía. Participaron en mil y una riñas, en otras tantas discusiones con la policía. Michael –el filósofo de los mosqueteros- tenía una perorata convincente respecto a lo absurdo de la vida de la gente, ¡tantos años encima! Para aburrirse, para continuar sin más, no hay salida... así que ellos decidieron –al menos eso creían- que vivirían en una embriaguez eterna, en el sin sentido sórdido.
Nunca se asustaron con vómitos, con ojos morados en la cara, con una tos embravecida... pero cuando vieron vomitar sangre a Michael, un guante de hierro les oprimió el estómago y sintieron miedo.
Los tres tienen familia, es por ello que demoró tanto el entierro, porque la policía había localizado a un hermano que tardó varios días en recoger el cadáver. Decidió enterrarlo en el cementerio que está cerca del aeropuerto de la Guardia.