sábado, 31 de diciembre de 2011

APASIONADAMENTE VIVOS


Los estereotipos verbales se suceden uno a otro en estas fechas, detrás de ellos encontramos rasgos de buena voluntad.

Estos días de internacionales tropiezos económicos y de crisis como metáforas, son una buena oportunidad para ponernos el reto de encontrarnos con lo que realmente es importante y reencontrarnos con la alegría.

Aprovechamos los ciclos marcados por las estaciones y el calendario humano, y reflexionamos un poco sobre nuestra vida, no como lo hace el ojo enfermo que se percata de si, sino más bien desde la serenidad, el asentimiento a la vida tal como aparece, en consonancia con lo que ocurre alrededor y mirando en todo momento el paso siguiente al que se apresta nuestra alma.

Terminamos el año agradeciendo el fascinante hecho de estar vivos, independientemente de lo difícil o fácil que haya sido, la vida no siempre es fácil, pero siempre es fascinante, hemos de amar el pasado porque hemos sobrevido.


Tengamos esperanza, lo cual significa estar listo en todo momento, para lo que todavía no conocemos, es el sueño de los que estamos despiertos, es la condición sin la cual no estamos plenamente vivos.

Recibamos el nuevo ciclo con entusiasmo, consientes del flujo de la vida que nos anima, que no nos venza la inercia, que sepamos recuperar el entusiasmo, hagamos propósitos para mejorar nuestra vida, proyectos que sean posibles de cumplir, pero que estén dotados de un toque de audacia, que en este 2012 estemos APASIONADAMENTE VIVOS.


viernes, 2 de diciembre de 2011

EL RELATO BREVE


Tengo especial predilección por los escritores que escriben cosas breves y contundentes: Augusto Monterroso, Kjell Askildsen, Antón Chéjov, Richard Ford, Leonard Michaels etc. mi favorito es Juan Rulfo siempre está en mi mesita de noche, con su obra tan breve, con un lenguaje que tiende más al silencio que a la palabra. Releer sus cuentos es volver a experimentar el polvo de la llanura, la soledad de los pueblos abandonados, los monólogos descarnados de sus personajes que no esperan ser escuchados y que están condenados a repetirse ante la misma indiferencia. Un discurso narrativo que se construye alrededor del soliloquio de personajes anónimos, sin nombre y sin tiempo, que contemplan estáticos y sin afectación la lucha del hombre con su destino inminente: la fatalidad.

“La gente allí no habla de nada” Juan Rulfo
FOTO: "Zapato Zacatecano" de Pedro Valtierra